Clima, mascarilla, inmigración y un oleoducto: las medidas del primer día de Biden
El presidente de EE UU se estrena con una batería de medidas ejecutivas
El presidente de EE UU, Joe Biden, devolvió al país al Acuerdo de París, evitó que abandonara la Organización Mundial de la Salud (OMS) y pidió el uso de la mascarilla frente a la covid-19, en un claro distanciamiento de su antecesor, Donald Trump, y como muestra del espíritu que imprimirá a su Administración.
Sentado en el Despacho Oval y con varias carpetas azules apiladas a un costado, Biden firmó delante de los periodistas tres de las 17 primeras órdenes ejecutivas de su Gobierno, horas después de haber jurado al cargo en una ceremonia fuertemente custodiada en el Capitolio y sin el público que tradicionalmente recibe al nuevo inquilino de la Casa Blanca.
"Algunas de las acciones ejecutivas que voy a firmar van a ayudar a cambiar el curso de la crisis de la covid y vamos a combatir el cambio climático de una manera que no lo hemos hecho hasta ahora", afirmó el nuevo gobernante en el Despacho Oval. Precisamente a la lucha contra el coronavirus dirigió Biden su primera orden ejecutiva, al establecer el uso de mascarilla y mantener la distancia física como requisitos obligatorios en las propiedades federales.
Rostro cubierto ante la pandemia
El líder demócrata propuso el desafío de 100 días de uso de mascarillas, el mismo tiempo que se ha dado para vacunar a más de 100 millones de estadounidenses. "El presidente lanzó su reto de usar mascarilla 100 días, pidiendo a los estadounidenses que hagan su parte", explicó horas después la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki. En su primer encuentro con los periodistas, Psaki agregó que la orden de portar cobertor facial también regirá en medios de transporte público.
Biden busca desvincularse así de la gestión de Trump de la pandemia, que convirtió el uso de esta prenda en motivo de polémica. Durante meses, Trump y sus seguidores se negaron a usar tapabocas en público, e incluso el propio líder republicano se contagió de la covid-19 en octubre pasado. La Administración de Biden espera implementar una nueva estrategia para frenar la rápida expansión de la enfermedad, que en los primeros días del año ha alcanzado récords de contagios y fallecimientos
Estados Unidos lidera las estadísticas mundiales con más de 24,4 millones de casos positivos y más de 400.000 fallecidos -casi el doble de Brasil, que es segundo en las cifras mortalidad-, según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
OMS
Psaki destacó igualmente que EE.UU. se mantiene en la OMS, lo que, consideró, "fortalecerá" los esfuerzos del país para controlar la pandemia. La portavoz confirmó que el que fue el principal epidemiólogo de la Casa Blanca de Trump y ahora asesor médico jefe de Biden, Anthony Fauci, participará este jueves de forma remota en una reunión de la OMS encabezando una delegación del país.
Trump había iniciado en julio del año pasado el proceso para abandonar el organismo mundial, lo cual iba a hacerse efectivo un año después, en el mismo mes de 2021. Además, el ahora expresidente había congelado en abril pasado los fondos que EE.UU. aporta a la OMS, al acusar a este organismo de estar "sesgado" en favor de China y de haber gestionado mal la emergencia sanitaria de la covid-19.
Durante la campaña electoral y tras su triunfo en los comicios, Biden ha defendido incesantemente la necesidad de escuchar a los científicos y a los expertos de la OMS para frenar la pandemia.
Vuelta al acuerdo de París
Otra de las medidas que rubricó Biden fue para revertir la decisión de Trump de sacar EE.UU., el segundo país que más contamina el planeta, del Acuerdo de París contra el cambio climático. La retirada de la primera potencia mundial, que Trump puso en marcha en junio de 2017, se hizo efectiva el pasado 4 de noviembre, dado que el punto 28 de ese instrumento establece que cualquier país que haya ratificado el pacto, como en el caso de Estados Unidos, solo puede solicitar su salida tres años después de su entrada en vigor.
Biden recordó hoy que este fue uno de sus compromisos, ya que tan pronto como se hizo efectiva la salida de EE.UU. de ese acuerdo, anunció que el país regresaría bajo su mandato. Psaki puntualizó que la reincoroporación al Acuerdo Climático de París "coloca a Estados Unidos nuevamente en una posición para ejercer el liderazgo mundial".
Alivio para los soñadores y fin del muro
También en su primera jornada como presidente, Biden firmó una orden ejecutiva para salvaguardar el programa DACA, que protege de la deportación a unos 650.000 indocumentados que llegaron a Estados Unidos cuando eran niños, conocidos como "soñadores". Suscribió asimismo otro decreto que ordena detener la construcción del muro fronterizo con México, al acabar con la emergencia nacional decretada por Trump para desviar fondos hacia ese proyecto.
En otro ejemplo de la nueva política migratoria de la Casa Blanca, Biden anuló mediante una orden ejecutiva el veto migratorio que impuso su predecesor a los viajeros de 11 países de mayoría musulmana, conocido popularmente como el "veto a los musulmanes".
Esa prohibición, promulgada por Trump cuando llegó al poder en 2017, obstaculizaba la entrada a EE.UU. de los nacionales de 11 países con una significativa población musulmana (Eritrea, Irán, Kirguistán, Libia, Myanmar, Nigeria, Somalia, Sudán, Siria, Tanzania y el Yemen), e incluía restricciones para Venezuela y Corea del Norte.
A las órdenes ejecutivas se sumó un proyecto de ley de inmigración que la nueva Administración envió al Congreso, con la que aspira ofrecer una vía hacia la ciudadanía a 11 millones de indocumentados que residen en el país y la suspensión del programa "Permanezcan en México", que permitió al Gobierno de Donald Trump, devolver al país vecino a los solicitantes de asilo.
No al oleoducto
Asimismo, el presidente de Estados Unidos ha revocado el permiso del oleoducto Keystone XL, una infraestructura de 8.000 millones de dólares aún en construcción que aspiraba a trasladar petróleo desde la región canadiense de Alberta a Nebraska a un ritmo de 830.000 barriles diarios. El oleoducto afrontó la oposición de ambientalistas y nativos americanos.
La medida, en todo caso, es un serio varapalo para el sector petrolero canadiense, ya muy castigado por la evolución de los precios.