Deporvillage prevé alcanzar los 500 millones de facturación en cinco años
La tienda online de ropa deportiva doblará las ventas este año hasta los 110 millones
Deporvillage se prepara para un crecimiento exponencial de su negocio en los próximos cinco años. La tienda online de artículos deportivos, especializada sobre todo en montaña o el ciclismo, quiere multiplicar por cinco sus niveles actuales de ingresos para alcanzar los 500 millones de euros anuales en un plazo máximo de cinco años.
Un objetivo que viene impulsado por un 2020 que está siendo de récord para la compañía fundada en 2010 por Xavier Pladellorens y Ángel Corcuera. La expectativa es acabar el año en el entorno de los 110 millones de ventas, lo que supondrá doblar la cifra alcanzada en 2019. En septiembre ya habían superado las facturación de todo el año anterior.
“Vamos a superar lo que teníamos previsto hacer en 2021. Para nosotros a nivel empresarial está siendo un año excepcional”, explica a este periódico Xavier Pladellorens, que además de fundador es el primera accionista con el 17% del capital, por el 12% de su socio. Otros accionistas son Mediaset, el fondo Samaipata o el inversor Luis Martín Cabiedes. También mejorarán, incluso en mayor proporción, los beneficios, que en 2019 fueron de 800.000 euros, los más altos desde su fundación.
Ahora el objetivo es quintuplicar el tamaño. “Hay que dimensionar equipo y estructuras para llegar a ese objetivo. Ahora estamos dimensionados para facturar 100”, dice Pladellorens.
El punto de inflexión vino con el confinamiento. La reclusión llevó a muchos consumidores a practicar deporte en casa, aunque los primeros días las ventas cayeron. “La gente estaba pendiente de lo que sucedía. A principios de abril creció mucho el tema de rodillos, bicicletas estáticas... todo lo relacionado para hacer deporte en casa. Y desde la desescalada empezó el boom de los artículos para deporte al aire libre”, describe Pladellorens.
Un auge que se ha ido manteniendo durante el resto de meses, también en mercados como Inglaterra y Alemania, además de Francia e Italia, sus principales mercados foráneos.
El cofundador de Deporvillage cree que el comercio electrónico ha ganado durante estos últimos meses la penetración esperada para uno o dos años, y compañías nativas en el mundo digital como la suya supieron responder a un demanda desbocada, cuando los operadores tradicionales tuvieron problemas para gestionarla. “A nivel de oficinas trabajó cada uno en su casa, pero el almacén siguió funcionando. Hubo un cambio de mix de producto bastante importante al que nos adaptamos”.
Pese a su crecimiento y a vender artículos deportivos de todo tipo, Deporvillage mantiene un enfoque más dirigido a deportes individuales, como ciclismo o montaña, algo que en principio mantendrán. Huyen de la comparación con un gigante como Decathlon, que en 2019 facturó online en España unos 130 millones, poco más de lo que Deporvillage hará este año. “No es un competidor en sí”, dice Pladellorens. Más bien todo lo contrario. “Es casi un vivero para nuevos clientes nuestros. Es un caso de éxito en calidad precio, ahí es imbatible. Es como si hablásemos de un Mercadona. Da una gama básica excepcional, pero cuando alguien quiere mejorar empieza a comprar marcas, que es donde nosotros estamos. Nosotros empezamos donde acaba Decathlon”, dice Pladellorens.
Impulsarán sus marcas propias
Ciclismo. Además de vender terceras marcas, Deporvillage dio en 2019 un paso importante en su estrategia al lanzar sus dos primeras marcas propias, DPV y FInniseur, ambas centradas en el ciclismo, uno de los deportes clave para la compañía. “Vamos a lanzar nuevas marcas. Para nosotros es muy importante en nuestro negocio. Es un complemento. Eso sí, no queremos basar la mayoría del negocio en marca propia como Decathlon, pero sí tener un buen surtido”.