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Inversión
Tribuna
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140.000 millones: modo de empleo. Una oportunidad para la tecnología española

La pandemia, nos trae, vía Bruselas, esta oportunidad. No nos podemos permitir no gastar o mal gastar una parte del presupuesto

Getty Images

España aspira a recibir 140.000 millones de euros de Europa. Más de la mitad serán para el periodo 2021-2023. Estos fondos no están concedidos “per se”. Hay que presentar proyectos a la Comisión Europea para su aprobación.

“No hay mal que por bien no venga”. No habíamos conocido un presupuesto de estas magnitudes. La pandemia, con un impacto sanitario que ha mermado una generación y con unos efectos sociales y económicos que puede lastrar las dos siguientes, nos trae, vía Bruselas, esta oportunidad. No nos podemos permitir el lujo de no gastar o “mal gastar” una parte del presupuesto. Para ello, es fundamental una adecuada gestión de los resultados de los proyectos utilizando los mecanismos que nos proporciona la propiedad industrial.

El primer aspecto clave es cómo se van a distribuir estos fondos. A transformación ecológica se dedicará el 37 % y el 33 % será para transformación digital. Dos de las grandes prioridades serán reforzar las capacidades industriales de nuestro país e impulsar el sistema de I+D+I. Estas iniciativas, como el resto, tendrán que estar alineadas. Tiene sentido apoyar específicamente el desarrollo de tecnologías clave desarrolladas por nuestro propio Sistema de I+D público y privado. Por el contrario, no tiene tanto sentido que basemos la transformación industrial de nuestro tejido industrial en tecnología no europea que, en cualquier caso, tendría que ser garante de ciberseguridad y de una adecuada gestión de la información industrial

En algunos de estos ámbitos nuestra aspiración será aplicar la tecnología ya desarrollada, pero en otros tendremos oportunidad de desarrollar tecnología y conocimientos propios, con todo el “impacto incentivador y multiplicador de los resultados. Entre estos campos tenemos el desarrollo de la nube digital europea de datos industriales de nuevos medios de transporte sostenibles y autónomos, el desarrollo de servicios digitales o la creación de nuevos mecanismos de carga eléctrica que fomente el vehículo eléctrico.

Uno de los puntos específicos que ha mencionado la Comisión es la creación de plataformas de intercambios de datos industriales para favorecer el desarrollo de la industria 4.0. Para ello es relevante desarrollar la regulación de los datos “no personales”, que siendo tan garantista como la de los datos personales, permita la generación una economía de los datos industriales que sea pionera en el mundo.

Un segundo punto relevante es cómo será el procedimiento de aprobación del marco global. La Comisión Europea afirma que los Estados miembros "pueden presentar formalmente sus planes desde el momento en que el mecanismo entre en vigor legalmente", que se espera para el 1 de enero de 2021 Bruselas establece la fecha límite para la presentación de los planes en el 30 de abril de 2021. Sin embargo, la Comisión Europea anima a los Estados miembros a presentar sus anteproyectos de planes a partir del 15 de octubre de 2020.

Un tercer aspecto fundamental es conocer los conceptos que serán financiados. Los que hemos trabajado en varios programas Marco de I+D de la UE sabemos que pueden ser muy restrictivos al respecto. En este caso, Bruselas "apoyará inversiones y reformas que tengan un impacto positivo y duradero en la economía y la sociedad”. Frente a las definiciones habituales de “inversión” y “reforma” que emplea habitualmente la Comisión en este caso se utilizan conceptos más amplios. Así, el capital fijo se relaciona con inversiones, por ejemplo, en infraestructuras, edificios, pero también en algunos intangibles como investigación y desarrollo, patentes o software.

De la misma forma, las “reformas”, deben entenderse en sentido amplio, relacionadas con acciones o procesos destinados a realizar mejoras duraderas en el funcionamiento de los mercados, las estructuras institucionales, las administraciones públicas o políticas clave, como las transiciones verde y digital.

Teniendo en cuenta que la gestión de los fondos de la UE se realizará por medio de grandes proyectos tractores me permito aportar algunas recomendaciones.

Cabe recordar que los proyectos por sí mismos son el medio no el fin, aunque sean atractivos económicamente. Por propia eficiencia, se primará la realización de proyectos grandes, ambiciosos y con resultados de impacto.

Por otra parte, los proyectos tienen que estar bien gestionados. El mecanismo de asignación tendrá en cuenta hitos y metas claros, realistas, bien definidos, verificables y directamente determinados o influenciados por las políticas públicas.

Como decía, es relevante aprovechar las oportunidades que nos ofrece la gestión de la propiedad industrial para justificar el enfoque tecnológico de los proyectos, la identificación de sus resultados y su protección para la puesta en valor. Además de promover el desarrollo de tecnología propia, estos fondos tienen que actuar como catalizadores de la Compra Pública y Privada de innovación de forma que se favorezca la incorporación de tecnología y ciencia generada en España en los procesos de transformación industrial.

La Comisión Europea hace varias recomendaciones concretas a nuestro país, entre las que está "mejorar la coordinación entre los diferentes niveles de gobierno y fortalecer el marco de contratación pública para apoyar la recuperación de manera eficiente". Sugiero coordinarse también con los agentes sociales, con actores clave del Sistema de I+D y con los especialistas en la gestión de la tecnología y la propiedad industrial.

En España tenemos capacidad de superar esta lacra que nos está tocando vivir. Somos referentes en gestión de proyectos industriales y en el desarrollo de algunas tecnologías digitales, industriales y relacionadas con la energía. En el Programa Horizon 2020 hemos demostrado que desde España podemos liderar proyectos de I+D+I. También empezamos a ser referencia en gestión de la tecnología y de la propiedad industrial. Por lo tanto, solo queda aprovechar la oportunidad aunando esfuerzo y todo ese talento.

Si hace 40 años hablábamos de Transición, ahora son tiempos de Transformación, también con mayúscula.

Luis Ignacio Vicente del Olmo, consejero estratégico de Pons IP.

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