La Audiencia culpa de la caída de las cajas gallegas a la situación de Caixa Galicia antes de la fusión
La Audiencia Nacional afirma en un auto del día 1 que las ayudas públicas que en 2010 recibió la fusión de las cajas gallegas, que ascendieron a 9.000 millones de euros, fueron motivadas por “la situación económica financiera en la que se encontraba Caixa Galicia antes de la fusión”, según documentos a los que ha tenido acceso EL PAIS. “CaixaNova nunca habría sido intervenida si no se hubiera visto obligada a fusionarse con Caixa Galicia, dando lugar a NovaCaixaGalicia (NCG)”, añade. La caja, convertida en banco, se vendió en 2013 a Abanca y el Estado perdió 8.000 millones. La operación fue impulsada por la Xunta de Galicia.
La Audiencia concluye que la operación se debió “a la situación económica financiera en la que se encontraba Caixa Galicia, la caja nacida en A Coruña, antes de la fusión. CaixaNova —la entidad alumbrada tras la unión de las cajas de Vigo, Orense y Pontevedra) nunca habría sido intervenida si no se hubiera visto obligada a fusionarse con Caixa Galicia, dando lugar a NCG”, según recoge el diario.
ntre los documentos que se aportaron a la causa, a los que ha tenido acceso EL PAÍS, hay dos de gran importancia. El primero es un documento de la inspección del Banco de España de julio de 2009, meses antes de que se planteara la fusión, que dice que Caixa Vigo “podría vivir por sí sola aunque con dificultades y esfuerzo”. Se decía que sus debilidades eran la exposición al riesgo promotor y el ajustado capital, pero no pedía “cambios en el equipo gestor” porque estaban mejorando el control del riesgo y bajando gastos.
El otro documento aportado sobre CaixaGalicia arrojaba un resultado diferente. Tras analizar los estados financieros a marzo y septiembre de 2009, se concluye: “La justeza de solvencia hace que se considere su perfil de riesgo muy alto, siendo cuestionada su viabilidad como entidad independiente”. Describe la “desafortunada expansión de la caja desde 2005, con una agresiva política de créditos sin reforzar los controles de riesgos y financiándose en los mercados mayoristas”.
Según un tercer informe del supervisor, a final de 2009 se inician los contactos de la fusión. Esta operación fue rechazada por los directivos de CaixaNova, que buscaban una alianza con Caja de Murcia y Cajastur, que estaba formando Liberbank, según fuentes conocedoras de la operación.