El Estado pierde más de 7.500 millones en Bolsa por la crisis del coronavirus
Las arcas públicas dejarán de percibir 2.181 millones en dividendos
Obtener recursos con los que costear las medidas puestas en marcha para hacer frente al deterioro de la economía y financiar el déficit es uno de los objetivos prioritarios del Gobierno. Además de los fondos procentes de la UE y el aumento de las emisiones de deuda a lo largo del ejercicio son muchos los que miran de reojo la aportación a las arcas públicas derivada de la participación del Estado en el accionariado de algunas de las empresas privadas del país. Sin embargo, a diferencia de ejercicios pasados, este año la sacudida de los mercados está impidiendo al Estado lograr plusvalías latentes por su presencia en el capital de las cotizadas.
La cartera de acciones que el Estado mantiene bajo control no se libra de las pérdidas en Bolsa. La inversión a través de entidades como el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) o Enaire se sitúa en los 18.638,25 millones de euros, 7.510,59 millones menos que a comienzos de año. Es decir, en lo que va de 2020, un periodo en el que la renta variable mundial se ha visto fuertemente sacudida por la crisis del coronavirus, la cartera bursátil propiedad estatal acumula una pérdidas del 29,7%. Pero si los descensos en Bolsa no fueran suficientes, los cambios en la política de retribución al accionista se han traducido en menores ingresos para las arcas públicas. La cancelación o, en el mejor de los casos, el recorte de los dividendos que reparten estas empresas llevan al Estado a ingresar 2.181 millones menos que lo inicialmente previsto.
Aena y Airbus, dos de las joyas de la corona y responsables del grueso de ganancias logradas por el Estado en 2019, son a día de hoy las dos cotizadas que más restan a la cartera de acciones en manos del Gobierno. El Estado a través de Enaire continúa siendo el principal accionista del gestor de aeropuertos propietario del 51% de los títulos de la compañía. La mitad del patrimonio bursátil público se encuentra en Aena (8.499 millones de euros) y, si bien en ejercicios pasados las subidas en Bolsa registradas por la cotizada sirvieron para compensar las pérdidas de otras inversiones, este año la paralización del tráfico aéreo se ha dejado sentir con fuerza en sus resultados y evolución en Bolsa. Las caídas registradas por Aena se traducen en una pérdidas de más de 4.398,75 millones para el Estado. Junto a esto, las arcas públicas dejarán de percibir 580 millones en concepto de dividendo después de que la gestora de aeropuertos anunciara este año que cancelaba el cupón de 1.137 millones con cargo a los resultados de 20 para fortalecer su solvencia.
El fabricante de aeronaves se suma a la lista de compañías que han cancelado sus dividendos y, como en el caso de Aena, fruto de esta decisión el Estado dejará de percibir 58,8 millones por el 4,2% del capital que sigue controlando la SEPI de Airbus. Con una caída del 50,8% en el año, la inversión pública en la compañía ha pasado de los 4.286,16 millones de cierre de 2019 a los 2.108,82 millones actuales.
Otro de los tesoros del Estado es su participación en Bankia. Aunque ha ido deshaciendo su presencia en el capital de la entidad aún sigue ostentando el 61,8% de las acciones, un porcentaje que a precios de mercado está valorado en 2.523,57 millones. El anuncio de la fusión con CaixaBank ha servido para revitalizar su cotización y desde el pasado 3 de septiembre, sesión en la que saltó la noticia, se revaloriza un 27,88%, subida que sigue siendo insuficiente para decir adiós a las pérdidas en el año. En lo que va de 2020 la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri se deja un 21,18% en Bolsa, descenso que se traduce en una pérdidas de 685,48 millones para el Estado.
Bankia además ha cancelado el dividendo extraordinario de 2.500 millones que tenía previsto pagar con cargo a las cuentas de 2020 ante los efectos de la pandemia y la recomendación del BCE al sector financiero de no repartir dividendos por ahora. El Estado se queda así sin otros 1.525 millones este ejercicio.
La participación pública en las empresas privadas no queda ahí. A través de la SEPI el Estado mantiene posiciones en el capital de grandes empresas como Red Eléctrica (20%), Enagás (5%), Indra (18,78%) e IAG (2,7%) y otras de menor tamaño como Ebro Foods (10,36%). Esta presencia se corresponde en su mayoría con herencias del pasado y son consideradas en algunos casos como sectores estratégicos.
Si bien las pérdidas son la tendencia imperante en un año tan malo como el que vive la Bolsa en este 2020 (el Ibex se deja un 29,9%), solo Ebro acaba reportando un resultado positivo a la cartera estatal. En los últimos nueve meses la compañía alimentaria, una firma de corte defensivo, se revaloriza un 7,48% en Bolsa. Estos ascensos se traducen en ganancias de 218,48 millones para el Estado.
Suerte bien distinta es la que corren IAG, Indra, Enagás y Red Eléctrica que acumulan recortes del 77,9%, 10,2% y 5,98% en Bolsa en lo que va de año. Entre las cuatro restan 466,5 millones a la cartera pública. Por encima de todas destaca IAG (-200,54 millones). Si bien en el capital de la aerolínea la presencia del Estado es limitada, el fuerte castigo sufrido por el sector del turismo explica este resultado.
Red Eléctrica y Enagás mantienen el dividendo
113 millones. La crisis del coronavirus y la paralización de la actividad económica en los primeros meses del año han provocado pérdidas históricas para las grandes cotizadas, situación que ha llevado a muchas a suprimir la retribución al accionista. Enagás y Red Eléctrica son las grandes excepciones a esta corriente. Gracias a ello las arcas públicas sí que recibirán 113 millones del dividendo de Red Eléctrica –de la que la SEPI mantiene un 20%-, que optó por mantener el pago. También Enagás decidió continuar con su retribución al accionista, dejando intacto tanto el pago previsto con cargo a las cuentas de 2019 como los de 2020. Con estos dos cupones es de prever que el Estado ingrese 76,6 millones. No ocurre lo mismo con IAG que abril decidió cancelar el dividendo complementario.