Goirigolzarri asegura que la fusión es la mejor operación para el contribuyente
El banquero asegura que "cuando entiendan que ya no soy de utilidad, pues me voy a mi casa tan contento".
Tanto el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, que también será el presidente de la entidad resultante de la fusión, aunque con poderes limitados, como Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, puesto en el que continuará, no podían ocultar ayer sus rostros de cansancio. Llevan desde el 24 de agosto envueltos en unas negociaciones de fusión intensas. En apenas unas semanas los equipos de CaixaBank y de Bankia han logrado cerrar su fusión en tiempo casi récord.
Los dos banqueros destacaron que el nuevo grupo, que mantendrá la marca CaixaBank, será el banco de referencia en España con más de 20 millones de clientes, y una presencia geográfica “diversificada y equilibrada”, con cuotas de mercado en créditos y depósitos del 24% al 25%.
Goirigolzarri, el banquero veterano en la operación, con 43 años de experiencia, justificó la operación de fusión desde varios ángulos, todos relacionados con la situación del sector financiero.
La banca “está viviendo un momento complejo de grandes retos estratégicos”, que reunió en tres.
El impacto de la tecnología y hábitos del cliente, la entrada de nuevos operadores, la baja rentabilidad derivados de los bajos tipos de interés desde 2016 y, por último la crisis económica derivada del Covid. Por ello, apuntó que “estamos en un momento de disrupción y hay que reaccionar. En esto la anticipación tiene valor”.
Todos ganan
El banquero considera que con esta fusión clientes, accionistas y contribuyente salen beneficiados. Bankia recibió en 2012 una inyección de capital de 22.424 millones de euros. Goirigolzarri considera que esta operación logra “optimizar” el valor de la participación del Estado, que ahora es del 62% y pasará al 16,1% en la nueva CaixaBank.
El grupo resultante de la fusión prevé conseguir unos ahorros recurrentes de costes de 770 millones de euros anuales, de forma plena a partir de 2023, y generar progresivamente sinergias de ingresos de 290 millones de euros anuales en un horizonte de cinco años. La ecuación de canje será de 0,6845 acciones ordinarias nuevas de CaixaBank por cada acción de Bankia. El precio pactado incluye una prima del 20% sobre la ecuación de canje a cierre del 3 de septiembre.
En la rueda de prensa dos fueron las preguntas más repetidas, la influencia del FROB en CaixaBank tras hacerse con el 16,1% de su capital tras cerrarse la fusión con Bankia, y si la integración permitirá la devolución de las ayudas públicas que recibió la entidad de origen madrileño y valenciano. El hecho de que e siente en el consejo de CaixaBank el Estado con un consejero llama la atención, más cuando en Bankia no tenia presencia en sus órganos de gobierno.
Tanto Gortázar como Goirigolzarri garantizaron la “independencia” de gestión en el nuevo banco, pese a que el Estado será el segundo accionista. El primero será la Fundación La Caixa, con el 30%. Ambos coincidieron, en una rueda de prensa que duró más de dos horas y media, que no habrá interferencias por parte del FROB. Eso sí, ahora no está definido el plazo de salida del Estado en el capital de CaixaBank. Aunque Gortázar ha dicho que no tenía “ninguna preocupación” por la presencia del Estado.
Jerarquía
Goirigolzarri, aseguró que en esta fusión es “muy, muy importante” que todo el mundo tenga “muy claro” desde el principio quién manda, y en este caso es “el consejero delegado, Gonzalo Gortázar”. Goirigolzarri, que en la entidad resultante será presidente ejecutivo con limitación de funciones, explicó que el Estado, a través del FROB, tendrá ahora una “influencia muy diferente” a la que tiene en Bankia.
El banquero subrayó la buena relación mantenida durante estos años con el FROB y añadió que está convencido de que adoptará una actitud “profesional” en su nuevo papel. Sobre las ayudas recibidas por Bankia en 2012, de 22.424 millones de euros y de su posible o no devolución al contribuyente Goirigolzarri ha justificado la operación: “estamos creando un líder destacado en el sector financiero, para ayudar a la sociedad y sostener el empleo, con más de 1.000 millones en sinergias, fortaleza de capital y mayores perspectivas de rentabilidad”.
Y sobre todo, “la fusión parte de la confianza, compartimos valores y formas de hacer las cosas, y la experiencia de haber hecho integraciones complicadas”, afirmó Gortázar. Goirigolzarri negó que optar por la fusión sea una mala decisión para recuperar las ayudas. Es una “alternativa excelente” para todos los accionistas, incluido el contribuyente. Y los dos banqueros aseguraron que se comprometen a “trabajar” para que la recuperación de las ayudas “se la mayor posible”.
El consejero delegado de CaixaBank declaró antes que “casarte en momentos difíciles hace más importante elegir con quién”. En similares términos se expresó Goirigolzarri: “El entorno actual es más exigente para la banca debido a la pandemia”. “Es la mejor fusión que podríamos hacer”, añadió Gortázar, pero “no será fácil ni breve”, ya que los dos primeros años se centrarán en el proceso de integración.
Consejo
El FROB formará parte de un consejo integrado por 15 miembros, de los que dos serán consejeros ejecutivos, otros dos serán a propuesta de CriteriaCaixa, uno a propuesta de BFA Tenedora de Acciones, seis independientes a propuesta de CaixaBank y tres independientes a propuesta de Bankia. Fernando María Costa Duarte Ulrich, presidente no ejecutivo de BPI, está previsto que tenga la consideración de consejero externo.
Sobre el proyecto de fusión el banquero vasco asegura que es “el final de una etapa muy bonita para Bankia”. Cree que debía involucrarse en la operación, pero “cuando entiendan que ya no soy de utilidad, pues me voy a mi casa tan contento”.
Concentración
Gortázar mantiene que la creación de la nueva CaixaBank, pese a controlar alrededor del 25% de cuota de mercado en España, no restringirá la competencia en el mercado español, entre otras razones “porque el sector es extremadamente competitivo”. Tampoco parece preocuparles la elevada presencia que tiene el futuro banco en algunas comunidades autónomas, aunque será Competencia quien deberá analizar esta posible concentración.
El primer ejecutivo de CaixaBank, de hecho, matizó que “no hay indicios en absoluto” de que las operaciones de este tipo hayan generado una “falta de competitividad”. Añadió más tarde que “la fusión va a reforzar a un jugador y le permitirá ser más competitivo y ofrecer servicios en mejores condiciones”.
El mercado y las autoridades están convencidos de que esta operación corporativa será el inicio de otra oleada de integraciones, puede que la definitiva en muchos años. Esta opinión es compartida por los dos banqueros. Consideran que “es un revulsivo” para impulsar otros procesos en España, según admitió Goirigolzarri.
La nueva entidad tendrá unos activos de 664.000 millones de euros. Será el mayor banco de España, y, de momento, sus responsables no esperan que la entidad dé el salto fuera de España (a excepción de Portugal donde CaixaBank cuenta con BPI) en los próximos tres años. Tienen aún mucho que hacer en el mercado doméstico.