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Banca

CaixaBank y Bankia aprobarán su fusión la próxima semana

El consejo podría celebrarse el miércoles, pero aún no está convocado.

Oficinas de Bankia y La Caixa en la calle Rees Católicos, Sevilla.
Oficinas de Bankia y La Caixa en la calle Rees Católicos, Sevilla. PACO PUENTES (EL PAIS)

Desencuentros de última hora sobre la ecuación de canje, y otros temas técnicos han hecho  imposible celebrar los consejos de administración para aprobar la fusión de Bankia y CaixaBank hoy domingo. Ambas entidades se han dado un plazo desde el viernes pasado hasta el martes (día que volverán a reunirse y convocarán la fecha de lo consejos previsiblemente) para solucionar tanto las diferencias de la ecuación de canje como para presentar los documentos que aún faltaban la semana pasada.

Los responsables de Bankia y de CaixaBank siguen apostando por tener todo listo para finalizar la fusión jurídica de ambas entidades a finales del presente ejercicio e iniciar el próximo año con una estrategia unificada, pero ello requiere acelerar un proceso de fusión no ajeno a complicaciones burocráticas y de negociaciones.

El objetivo de ambas entidades era haber celerado sus respectivos consejos de administración para aprobar su fusión este domingo, 13 de septiembre, y así se puso de manifiesto en la anterior reunión de los consejeros, celebrado el 24 de agosto, y en el que se dio el pistoletazo de salida para negociar esta operación corporativa. Pero no ha podido ser.

Ahora, la nueva fecha que manejan es la del próximo miércoles, 16 de septiembre, o ya irse al fin de semana. Los consejos de administración pueden convocarse con 24 horas de antelación.

Las fuentes consultadas aseguran que uno de los escollos por los que han tenido que retrasar los consejos sobre las fechas previstas inicialmente es que aún no ha finalizado la due dilligence, ni se han concluido otros documentos que se tenían que presentar a la reunión y que eran claves para fijar la ecuación de canje, principal punto de desencuentro, y que ha llevado a la ministra de Economía, Nadia Calviño a intervenir. El análisis de los datos internos de ambas entidades estará listo entre el lunes y e marte de la semana que viene.

CaixaBank cuenta con el asesoramiento de Morgan Stanley, con Deloitte como consultor y con Uría Menéndez como asesor legal. Mientras que Bankia cuenta con Rothschild como asesor financiero, a EY como firma para realizar su due dilligence y a Garrigues como despacho.

La estructura accioniarial de ambas entidades complica también los trámites. La operación tiene que pasar por el consejo rector del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que controla el 61,8% de Bankia. Mientras que en el caso de CaixaBank el proyecto debe contar con la aprobación de la Fundación La Caixa y su holding industrial, Criteria, que controla el 40% del banco de origen catalán.

El consejo de la firma que preside Jordi Gual está compuesto por 14 consejeros y el de Bankia por 13 representantes. El nuevo órgano de gobierno de CaixaBank, marca que se mantendrá tras la absorción de la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri, tendrá varios representantes nuevos, casi todos independientes y con predominio de vocales del banco catalán, aunque tanto la Fundación, como el FROB tendrán consejeros dominicales, explican fuentes cercanas a la operación.

TRÁMITES PARA CONCLUIR LA FUSIÓN

Tras aprobarse la fusión, el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital pedirá al Banco Central Europeo (BCE) un informe sobre la fusión entre Bankia y CaixaBank y, una vez disponga de las conclusiones de dicho informe, será Economía quien tenga la última palabra sobre la operación, que también será analizada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

La Ley de Defensa de la Competencia plantea el procedimiento de control de concentraciones en dos fases. En la primera, que durará un máximo de un mes, se analizará la operación, y el consejo del organismo presidido por Cani Fernández decidirá si la operación debe ser autorizada (con o sin compromisos) o, si por el contrario, exige un análisis más detallado.

La mayoría de operaciones se aprueban en esta fase. En 2016, se resolvieron 102 operaciones de concentración, de las que 96 fueron autorizadas en primera fase sin compromisos y 5 con compromisos.

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