Alimentación, producto local y fresco, incluso en internet
Resiliencia ante lo adverso. Tras una guerra de precios, ahora toca la reinvención diaria anti-Covid
No solo ha aguantado el pulso bien. El sector alimentario (7,5% del PIB) se ha convertido en estratégico. Su fortaleza, sobre todo si hablamos de productores y proveedores, es alabada por los analistas en comparación con el resto de Europa. Y en retail, España es de los países con más tiendas por habitante, lo que ha facilitado el confinamiento y encumbrado la compra de cercanía –que un 74,2% ha priorizado y del que un 56,5% dice que continuará haciéndolo–, según un barómetro de Aecoc, la patronal de gran consumo.
Unos y otros, agricultores, ganaderos, tenderos, cajeros, reponedores, han sido, como los sanitarios, también llamados héroes de esta crisis sanitaria. “Cada jornada era un reto. Hemos tenido muchas pruebas que superar, ser muy eficientes y muy rápidos. El objetivo ha estado muy claro: convertirnos en un servicio público”, comenta Lara Vadillo, portavoz del grupo Dia, en el seminario web Presente y futuro del retail en España.
También subraya “la gran eficiencia que ha demostrado el modelo de distribución alimentaria de proximidad” Ignacio García Magarzo, director de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas); y, sobre todo, pone en valor “el esfuerzo en los primeros días de acopio, en los que se testó la capacidad del sector, evitándose problemas de abastecimiento como hubo en otros países. Un éxito posible gracias al formato de operación, al trabajo de las 260.000 personas implicadas en la actividad y a haber ido por delante de las recomendaciones sanitarias. Por todo ello, nos encontramos en un buen punto de partida para encarar el futuro”. Es de los pocos sectores que puede hablar de un incremento en las ventas “cercano al 10%”, detalla García Magarzo.
Es de los pocos sectores que presume de una subida de ventas cercana al 10%
Javier Vello, socio responsable del sector retail y consumo para EY Med, destaca “el alza en volumen de algunos productos, especialmente cervezas, bebidas espirituosas y todo lo fresco. Muy ligado al cierre de la hostelería y a nuestra peculiar demografía: un 54% de la población come fuera de casa, pues en el 65% de los hogares vive gente mayor o parejas sin hijos o solo con uno, y esto condiciona. Habrá cambios. Por un lado, dos tercios de los consumidores parecen dispuestos a pagar más por lo local; por otro, algunas marcas se plantean vender directamente al cliente, como en otros países. Proliferarán las webs, y en el caso de los pequeños, al revés, con intermediarios para agruparse como alimentación sana o kilómetro cero”.
“Se han roto muchos miedos. Ya solo cabe un perfil mixto de consumidor físico y online. El ecommerce no será exclusivo para producto seco”, vaticina Vadillo.
El monedero apunta hacia la marca blanca
En un 10% calcula Aecoc, patronal de gran consumo, la subida en ventas de productos de la marca del distribuidor (MDD) durante el estado de alarma. Y parece que irá al alza, sin llegar a la edad de oro que vivió tras la crisis económica anterior.
“Nos estamos alemanizando. En 2007 mandaba el precio y se comprobó que, en alimentación, lo barato tenía más calidad de lo esperable, y esa lección queda aprendida, aunque ahora el rango de crecimiento no será tan amplio”, opina Javier Vello, de EY. Otra tendencia “será el rediseño de los pedidos a domicilio, sobre todo en caso de perfiles dependientes”, reseñan desde Asedas.