La banca teme que el fallo del TJUE abra la puerta para reclamar los gastos de apertura
Las entidades afirman que la sentencia tiene un escaso impacto
Nuevo varapalo de Europa para la banca y para el Tribunal Supremo. Esta es la opinión generalizada del sector financiero cuando se le pregunta por las consecuencias de la sentencia del TJUE comunicada ayer sobre el reparto de los gastos hipotecarios. Pese a ello, el sector considera que económicamente el impacto será escaso. “No esperamos un efecto significativo”, según trasladaron fuentes bancarias a este periódico.
Pese a estas declaraciones, la banca sí está preocupada por el fallo del Tribunal de Justicia Europeo. Y es que la sentencia vuelve a abrir la herida de la reputación del sector en un momento en el que parece que estaba cicatrizando, tras la colaboración de las entidades financieras con el Gobierno para paliar los efectos de la crisis económica derivada de la pandemia por el coronavirus. “El ruido que vuelve a provocar la nueva sentencia es su peor impacto”, declara un alto cargo del sector financiero.
El tribunal ha dictaminado que solo se puede negar la devolución a los clientes de los bancos de todos los gastos hipotecarios incluidos en una cláusula abusiva si así lo estipula previamente la legislación nacional. De lo contrario, si no existiese una disposición en el derecho nacional que imponga a los consumidores el pago de la totalidad o de una parte de estos gastos, la legislación comunitaria se opone a que un juez nacional niegue a los clientes que firmaron con su entidad la devolución de las cantidades pagadas por la constitución y la cancelación de la hipoteca.
Fuentes bancarias recuerdan que el fallo solo es aplicable en caso de que la cláusula haya sido declarada abusiva por un tribunal, lo que lleva a valorar cada caso concreto. Como en España el Tribunal Supremo ya analizó cómo se repartían los gastos de acuerdo a la normativa interna, el sector no espera que la sentencia tenga casi consecuencias en la cuenta de resultados.
El sector, de cualquier forma, admite que, además del daño reputacional y de imagen, la sentencia deja la puerta abierta a reclamar por parte del cliente la comisión de apertura de una hipoteca. “Aunque el tribunal no entra en este gasto, no descartamos que al final, los clientes, asesorados por los abogados empiecen ahora a reclamar este coste de apertura con el argumento del dictamen actual”, reconoce otro directivo de un banco.
Todas las fuentes consultadas también admiten que el hecho de que el Tribunal no haya dictaminado sobre los gastos de los actos jurídicos documentados (AJD) ha sido un alivio para el sector, ya que, aunque ahora deben ser abonados por las entidades con la nueva normativa de crédito inmobiliario, el carácter retroactivo del fallo sí podría haber tenido consecuencias negativas.
Otras fuentes financieras consultadas explican que la justicia europea no ha resuelto que los bancos tengan que devolver todos los gastos hipotecarios cuando se considere que hay una cláusula abusiva en el contrato, sino que dicta un criterio general para todos los países de la UE y precisa que, si hay un criterio nacional, se seguirá ese criterio. Así, si un juez considera una cláusula nula, no puede adaptarla o moderarla a su criterio, sino que debe expulsarla del contrato y aplicar la legislación nacional vigente en el momento de la firma del contrato para restituir al cliente.
Jurisprudencia del Supremo
En España el criterio nacional que se aplicaría, según interpretan fuentes jurídicas tras analizar la sentencia del TJUE, sería el de la ley de crédito inmobiliario o, para contratos anteriores a junio de 2019, la jurisprudencia marcada por el Tribunal Supremo, que señala que los gastos de notaría y gestoría se pagaban al 50% entre cliente y banco, que los gastos de registro los asumía el banco en su totalidad y que el AJD en ese momento correspondía al cliente (con la nueva ley de crédito inmobiliario pasó a pagarlo el banco).
La banca ha recibido con resultados mixtos en Bolsa la sentencia. Liberbank, Bankia, Unicaja y BBVA cerraron con ganancias; Sabadell, Bankinter, CaixaBank y Santander lo hicieron en negativo.