Las telecos afrontarán una inversión superior a 5.000 millones en el 5G en España
Con este capex alcanzarían una cobertura similar al actual 4G Vodafone elevó a 10.000 millones el coste para el coche conectado
En los cuarteles generales de las grandes telecos españolas ya se están haciendo cálculos sobre cuál será el coste de afrontar el despliegue de las redes de la nueva tecnología de 5G. Tras el parón obligado de 2020, como consecuencia de la crisis generada por el coronavirus Covid-19, el esfuerzo inversor empezará a partir de 2021, una vez que se celebre la subasta de frecuencias del espectro de 700 MHz, prevista para el primer trimestre, tal y como confirmó el Gobierno.
Los primeros espadas han salido ya al ruedo. La pasada semana, Antonio Coimbra, consejero delegado de Vodafone España, única teleco que ofrece 5G en el mercado español en la actualidad, afirmó que esta tecnología requerirá de un esfuerzo inversor en el mercado español de 5.000 millones de euros, si bien para casos de uso como el coche conectado, elevó dicha factura hasta los 10.000 millones de euros, “para lograr una cobertura ubicua”.
En el sector de las telecos se ven lógicas estas cifras, ante los amplios despliegues que supondrá la llegada de esta nueva tecnología que, al margen de los propios servicios de telecomunicaciones para usuarios, tendrá un fuerte impacto en numerosas industrias.
Según fuentes del sector, con la citada inversión de 5.000 millones de euros, se alcanzaría con el 5G una cobertura similar a la que hay actualmente con el 4G, que está por encima del 98% de la población española.
En el caso del coche conectado, uno de los casos de uso principales que se están desarrollando de cara al 5G junto a la industria, las operadoras estarán obligadas a extender una red con cobertura en todas las carreteras y autopistas nacionales para que el servicio pueda ser pleno.
Y es que, tal y como coinciden distintos analistas, el 5G va a tener que obligar a instalar una red más densa para poder atender a muchos de los servicios que va a traer esta tecnología móvil de nueva generación.
Según Barclays, además de las clásicas torres de telefonía móvil, el 5G conllevará la instalación de small cells para extender la cobertura, y la fibra óptica para conectar todos los emplazamientos.
En este escenario de fuerte inversión en infraestructuras 5G van a entrar con fuerza tanto los acuerdos para compartir redes entre operadores, como los acuerdos con gestores independientes de infraestructuras como Cellnex, que no han dejado de ganar relevancia en el sector en los últimos tiempos.
En este sentido, la consultora McKinsey apunta a la opción de los modelos de compartición en el despliegue de red, indicando que podría reducir el coste un 40% con respecto a la inversión prevista si cada uno de los operadores ejecutara su propio despliegue.
En España ya hay distintos acuerdos para compartir redes, como el establecido entre Vodafone y Orange, o el firmado entre esta última y MásMóvil, que incluía el propio 5G. Fuentes del sector no descartan que haya más alianzas en este sentido en los próximos tiempos, con el objetivo de reducir los costes, y más en un momento de presión sobre los ingresos de las telecos a causa de la fuerte competencia.
Otras inversiones
De todas formas, el 5G no será el único esfuerzo inversor que deberán afrontar las telecos españolas. Las operadoras deberán concluir la implantación de la fibra en todo el territorio nacional, que actualmente llega al 80% de la población española, y completar la cobertura total de 4G.
Con respecto a la fibra, Telefónica tiene previsto el apagado de la histórica red de cobre en 2024, coincidiendo con el primer centenario de la empresa. En este marco, directivos como el citado Coimbra o el CEO de MásMóvil, Meinrad Spenger, se han pronunciado en los últimos días en favor de acelerar la cobertura total de banda ancha ultrarrápida y terminar con la brecha digital, especialmente tras la crisis del Covid-19, que ha demostrado que la conectividad es un servicio esencial. En su opinión, estas inversiones por parte de las telecos pueden convertirse en impulsos de tracción para el conjunto de la economía.
Si en el 5G Coimbra lanzó sus estimaciones, en banda ancha ultrarrápida y 4G también hizo lo propio. Según sus cálculos, cubrir con fibra los cerca de seis millones de hogares que no tienen esta tecnología, unido a un incremento de la velocidad para llegar a 1 Gbps, supondría una inversión total de 1.500 millones de euros. A su vez llevar el 4G al 100% de la población supondría un coste de 250 millones, con una velocidad de 100 Mbps. Este último proyecto conllevaría el apagado de la red de 3G.
Los despliegues de banda ancha ultrarrápida en zonas rurales se verán favorecidos por los planes de financiación pública, aprobados por la Comisión Europea, que suman un importe próximo a 400 millones de euros entre 2020 y 2022.
Rebote del capex en 5G en todo el mundo en 2021
Previsión. La reactivación de las inversiones en las infraestructuras de 5G no es solo una cuestión de España. La consultora especializada Analysys Mason rebajo recientemente su previsión de capex global para 2020 un 13%, hasta 10.100 millones de dólares (unos 9.000 millones de euros), debido a la interrupción en los despliegues de red por parte de las operadoras y a la debilidad de la demanda por parte de consumidores y empresas en los trimestres centrales de este año.
Subida. La firma, sin embargo, prevé un rebote en la inversión en 5G en 2021. Analysys Mason ha elevado su previsión de capex en esta tecnología móvil para el año que viene casi un 10% frente a su anterior estimación, hasta superar los 23.800 millones de dólares. En términos absolutos, las operadoras más que duplicarían el capex en 5G.
Subastas. Las operadoras, igualmente, tendrán que afrontar a partir de la segunda mitad de este año y durante 2021 la mayoría de las subastas de espectro para 5G, que se han suspendido durante este año como consecuencia de la pandemia del Covid-19. España celebrará su principal subasta en el primer trimestre de 2021, mientras que el regulador francés Arcep ha aprobado iniciar la licitación de las bandas de 3,4 y 3,8 GHz en el mes de septiembre, con el objetivo de captar más de 2.100 millones de euros.