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Merlin amplía su consejo para dar entrada a Manuel Lao y reforzar a Santander

La compañía calcula en 70 millones el impacto por el Covid-19

 Ismael Clemente, presidente y consejero delegado de Merlin Properties, en una imagen de archivo.
Ismael Clemente, presidente y consejero delegado de Merlin Properties, en una imagen de archivo. Pablo Monge

La Junta de Accionistas de Merlin Properties ha dado luz verde a la entrada en el Consejo de Administración del fundador de Cirsa, Manuel Lao, que desde marzo es su segundo mayor accionista con un 6,2% del capital, y de un consejero más del Banco Santander, primer accionista con el 22,2%.

El exempresario del juego Manuel Lao, que hace dos años vendió Cirsa al fondo norteamericano Blackstone, y que en la actualidad preside Nortia Capital, participará en el consejo de Merlin a través de la directora general de Nortia, María Ana Forner Beltrán.

Por su parte, Ignacio Gil-Casares Satrústegui, presidente del Consejo Asesor del banco ING para España y Portugal, obtiene también un asiento como consejero dominical, con lo que el Santander amplía de dos a tres su representación en el consejo, que pasa de tener doce a catorce miembros.

Ocho de ellos han sido reelegidos en la junta, incluidos su consejero delegado, Ismael Clemente, y su consejero ejecutivo Miguel Ollero, así como George Donald Johnston, María Luisa Jordá Castro, Ana María García Fau, Fernando Javier Ortiz Vaamonde, John Gómez-Hall y Emilio Novela Berlín como consejeros independientes.

La junta también ha aprobado un dividendo complementario con cargo a 2019 de 32 céntimos por acción, de los que 15 se abonarán en julio y 17 serán distribuidos a decisión del consejo en función de la evolución de la crisis por el Covid-19, que ha llevado al equipo directivo a renunciar a su retribución variable en efectivo y en acciones correspondiente al ejercicio 2020 y a recortar la remuneración de los consejeros un 25%.

En su intervención, Ismael Clemente ha dado cuenta a la junta del impacto hasta el momento de la crisis del coronavirus, que la compañía calcula en 70 millones en su mejor estimación.

De ellos, 66,1 millones proceden de la política comercial en dos fases que ha diseñado para ayudar a sus inquilinos, según la cual en una primera fase la socimi ha ayudado con bonificaciones del 100% de la renta a los inquilinos por cierre forzoso que estaban al día en los pagos, a cambio de que estos siguieran pagando los gastos comunes y renunciaran a cualquier acción futura en su contra. Un acuerdo que aceptaron el 100% de sus arrendatarios de oficinas y más del 85% de los centros comerciales.

En una segunda fase, que va desde la reapertura de la actividad hasta 31 de diciembre, las ayudas se dirigen a los inquilinos que sufren una limitación "muy severa" de operaciones, y son fundamentalmente bonificaciones parciales que van disminuyendo desde el 60% en junio hasta el 10% en diciembre. En este caso han aceptado el 97% de los arrendatarios de oficinas y el 90% de centros comerciales.

De los 66,1 millones que supondrán estas ayudas para la compañía, 55,7 millones se concentran en su cartera de centros comerciales, 3,7 millones en oficinas y 6,7 millones en el apartado de otros, que incluye dos hoteles. La diferencia hasta los 70 millones son 3,6 millones de morosidad estimada en 2020.

Para proteger su capital ante la "ola de negatividad e incertidumbre que asola la economía por la pandemia" -ha dicho Clemente-, Merlin también ha pospuesto algunos proyectos no iniciados por valor de 458 millones de euros y ha dispuesto una línea de crédito de 700 millones de euros con vencimiento en 2024-2026, lo que eleva su posición de efectivo a 1.277 millones.

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