La alianza de Ferrovial y Acciona construirá la torre del nuevo aeropuerto de Lima
La adjudicación supone la entrada de Ferrovial en el mercado peruano
El grupo Ferrovial ha irrumpido en el mercado peruano de la construcción con un proyecto compartido con Acciona y la local JJC (consorcio Wayra), el de la ejecución de la torre de control del tráfico aéreo del aeropuerto Jorge Chávez de Lima. El encargo parte del operador Lima Airport Partners (LAP), controlado por la germana Fraport en un 80%, e incluye la construcción de seis edificios auxiliares. Las partes han eludido desvelar el volumen del contrato, aunque fuentes del mercado hablan de un presupuesto de 60 millones de dólares.
Perú se convierte en uno de los puntos selectivos de Sudamérica por los que comienza a apostar Ferrovial, que tiene la mayor parte de su negocio en Europa y Estados Unidos. Respecto a este tipo de actuaciones, la empresa que preside Rafael del Pino cuenta con la experiencia de haber participado en la construcción de las torres de control de Madrid-Barajas, Barcelona-El Prat o del aeropuerto Chopin de Varsovia (Polonia).
La nueva torre de control es parte esencial del plan de ampliación del aeropuerto de la capital peruana, valorado en unos 400 millones de dólares en lo que respecta al lado aire, y con diseño de Aecom. La totalidad de los trabajos proyectados ascienden a 1.500 millones de dólares, incluyéndose una segunda pista de aterrizaje y una nueva terminal. Perú busca convertir en aeropuerto de Lima en un hub para la región y la construcción española, con Ferrovial, Acciona, Sacyr u OHL, está participando en las licitaciones.
Ferrovial y Acciona también levantarán un centro de regulación y transformación en el que se encontrarán las instalaciones del sistema de balizamiento, un edificio de extinción de incendios, un centro de control de fauna, y la red de alcantarillado y de agua potable. Los movimientos de tierras comenzarán en este mes de junio.
La torre, en hormigón armado y con pilares de acero, tendrá 65 metros de altura y ocupará 1.600 metros cuadrados. Su entrada en operación está prevista para 2022. El consorcio tendrá que ocuparse de la obra civil, así como de las instalaciones auxiliares y sistemas (salvo los de navegación y vigilancia del tráfico).
“El componente local fue un factor importante en el proceso de selección, tomando en consideración los tiempos constructivos, el conocimiento del mercado y el entorno local; así como la posibilidad de contar con equipos disponibles en el corto plazo para el inicio de los trabajos”, ha señalado Anton Aramayo, director del Proyecto de Ampliación.
Adjudicado el concurso de la torre de control, en julio se fallará el de la construcción de la segunda pista de aterrizaje, proceso de licitación que ya está en curso y para el que se esperan las propuestas en las próximas semanas. Al cierre de 2019 LAP había invertido ya 560 millones de dólares en la modernización del aeropuerto de Lima.