Los ‘hedge funds’ bajistas vuelven a la Bolsa española
ACS, Cellnex, Ence, Ferrovial, Indra y Mediaset tienen posiciones cortas superiores al 0,5%
El regreso de los inversores bajistas después de dos meses bloqueados por la CNMV ha provocado un tormenta en Bolsa, que el martes se saldó con fuertes descensos en casi todos los valores. Los hedge funds que apuestan por caídas esperaban a que el supervisor español retirara el escudo que extendió el 16 de marzo. La protección ha sido eliminada también de los mercados italiano, francés, griego, austriaco y belga. Y algunos valores han vuelto a ser atacados, en especial el sector bancario.
Sabadell, Bankia, Telefónica, ACS, Mediaset, Ence, Siemens Gamesa y Mapfre cayeron el martes entre el 11,9% y el 6,3%. “El fin de la prohibición de operaciones cortas permite ya a los inversores ponerse bajistas, razón por la que aprovechan esta oportunidad para entrar en contra de los sectores más cíclicos como el bancario”, explica Sergio Ávila, de IG.
Los registros de la CNMV solo revelan posiciones cortas activas que superen el 0,5% en ACS, Cellnex, Ence, Ferrovial, Indra y Mediaset (véase gráfico), pero el número de empresas con posiciones cortas por debajo del mencionado umbral es muy superior. Por ejemplo, Citadel tenía una posición corta del 0,49% en Sabadell a fecha del 13 de mayo y Bridgewater, con el mismo porcentaje, apostaba por la caída de Telefónica el pasado 23 de marzo. Las comunicaciones de las posiciones cortas se deben realizar, a más tardar, el día hábil siguiente al de aquel en el que se alcance. Por lo tanto, los datos se irán conociendo a partir de este miércoles, siempre que los porcentajes superen el 0,5% del capital.
Como medida preventiva ante la debacle bursátil causada por el Covid-19, el coordinador de las comisiones europea de valores, ESMA, acordó el 16 de marzo que se informe de cualquier posición bajista que supere el 0,1% del capital. La obligación sigue vigente. Pero la información solo está en manos de cada uno de los supervisores, no es pública. Los miembros del mercado apuntan que el veto, al ser parcial, distorsionaba el mercado único europeo y lastra la liquidez, sin que se aprecien beneficios en su estabilidad.