El gigante de los satélites Intelsat, al borde del ‘default’
La deuda de la compañía supera los 12.800 millones de euros Moody’s rebaja el rating a Ca, muy próximo al escalón de impago
El gigante de los satélites Intelsat vive momentos críticos. Está al borde del default en el pago de su deuda, que ronda los 14.000 millones de dólares (unos 12.860 millones de euros). Según distintos medios especializados, podría acogerse al capítulo 11 de la ley que quiebras de EE UU, lo que supondría una de las primeras grandes quiebras de esta crisis.
La firma ha visto como, esta semana, Moody’s rebajaba dos escalones el rating de la deuda, desde Caa2 a Ca, al borde del default. La calificación de las notas senior bajó C. La decisión fue consecuencia del anunció de la empresa de no pagar los intereses por un importe de 125 millones, el 15 de abril. Moody’s cree que hay una alta probabilidad de una reestructuración de la deuda en el corto plazo.
Intelsat, con sede en Luxemburgo, tiene un periodo de gracia de 30 días para pagar, y no incurrir en default. Estos analistas creen que la estructura de capital es insostenible, dada la deuda y la poca liquidez, y prevén que el ratio de apalancamiento superará las 10 veces el ebitda en los próximos 12 a 18 meses. Además, prevén una caída de ingresos y ebitda por la presión en sus negocios. A favor de Intelsat está su red de satélites y la cartera de contratos.
El entorno del negocio de Intelsat es de alto riesgo, según Moody’s, que advierte de que varios de satélites han agotado su vida útil, lo que obligará a la empresa a lanzar nuevos satélites en el futuro. Al mismo tiempo, cree que la empresa está expuesta a riesgos de pérdida de datos sensibles.
Desplome en Bolsa
Las acciones de Intelsat se dejan más de un 90% en los últimos seis meses, y apenas cotizan por encima de un dólar. Su capitalización ronda los 140 millones de dólares. Numerosos despachos de abogados de EE UU están presentando demandas contra la compañía de parte de accionistas por las operaciones de venta de acciones que hicieron grandes inversores en noviembre, aprovechando información privilegiada. La Comisión Federal de Comunicaciones de EE UU anunció una subasta de espectro, que procedería de una venta privada por parte de Intelsat. Estos inversores vendieron sus acciones antes del anuncio, que provocó un desplome.
En este escenario, JP Morgan está negociando un crédito de 750 millones para Intelsat, en el que participarían fondos especializados en reestructuraciones, según Bloomberg, para financiar a la empresa hasta que cierre la venta de espectro.