Los despachos arriman el hombro aplazando pagos o asesorando gratis
Algunos han bajado sus tarifas a los clientes afectados
De entre las pocas lecturas positivas que permite hacer la crisis del coronavirus destaca cómo, en situaciones de extrema dificultad, sale lo mejor de algunas personas. Muchas figuras públicas han impulsado campañas de recaudación de fondos y varias empresas están ofreciendo a las autoridades los productos que puedan ser de utilidad para frenar la expansión del virus. A este respecto, los despachos no son una excepción. Muchos de ellos han entendido que nos encontramos ante una situación excepcional que exige adaptarse, por lo que están ofreciendo rebajas en sus tarifas, aplazando pagos o, incluso, ofreciendo asesoramiento gratuito a aquellos más golpeados por el parón de la actividad.
Uno de ellos es Augusta Abogados, un bufete especializado en derecho laboral. Juanjo Hita, uno de los socios, explica que están aplicando descuentos de aproximadamente el 20% a aquellos asuntos relacionados con el virus. “Todo el mundo está haciendo un esfuerzo y nosotros no podemos ser menos”, comenta. Esta rebaja se ofrece sobre todo a los clientes afectados por el Covid-19, “pero básicamente porque es el grueso de la carga de trabajo que tenemos ahora mismo”, matiza el letrado. Y es que la inmensa mayoría de asuntos que están atendiendo últimamente son ERTE, negociaciones de deuda u otros asuntos relacionados con la crisis sanitaria.
Otro de los que se han subido al carro de bajar precios es José Busque, un letrado que opera en Barcelona. “La relación con los clientes está basada fundamentalmente en la confianza y, en situaciones así, es necesario arrimar un poco el hombro y no hacer como si el problema no fuera contigo”, apunta. El letrado ha tomado la decisión de aplicar un 50% de descuento en las horas de trabajo directamente relacionadas con el coronavirus.
Fidelización
Esa actitud colaborativa tiene, además, efectos secundarios muy positivos: adaptarse a las circunstancias del cliente ayuda a fidelizarlo. Por eso, los principalmente beneficiados de estas ayudas son los clientes habituales de las firmas (aunque ninguno descarta aplicarlo sobre los nuevos). “Buscamos demostrar que estamos en las buenas y en las malas; al fin y al cabo, ellos nos han dado de comer en los últimos años”, reflexiona Miquel Queralt, socio de Antràs.
En las últimas semanas, la firma catalana, especializada también en derecho del trabajo, no ha emitido ninguna factura, “ni planeamos hacerlo, al menos, hasta dentro de un mes”. Para el abogado, se trata de un momento complicado y muchos de sus clientes van “apretados”, por lo que los recibos se han convertido en algo secundario. Como en el resto de despachos consultados, Queralt revela que se están planteando ajustar los precios de los servicios a esta situación excepcional.
Por otro lado, AOS Abogados, bufete ubicado en Vigo, ha anunciado que, durante las próximas dos semanas, atenderá gratuitamente por teléfono (de lunes a viernes entre las 17:30 a 19:30) todas las dudas relacionadas con los últimos reales decretos aprobados por el Gobierno para frenar el impacto del coronavirus. Asimismo, Ontier ofrecerá orientación jurídica básica a pequeñas empresas, ONGs y fundaciones. Por su parte, Ecija también asesorará sin ningún coste a pymes de la Asociación Española de Startups mientras dure el estado de alarma.
Precio justo
Con estas iniciativas, los despachos pretenden ayudar en la medida de lo posible, “pero no podemos ofrecer nuestro trabajo gratis”, subraya Hita. El abogado recuerda que, estos días, los abogados (esencialmente los laboralistas) están trabajando a pleno rendimiento, “dejándose la piel, sacrificando sus obligaciones familiares y con jornadas más largas de lo habitual”.
Para Hita, se trata de encontrar un punto intermedio, en el que los despachos entiendan las circunstancias excepcionales, pero sin olvidar que se trata de un servicio complejo que debe ser retribuido, “como cualquier otra profesión”, .
Por otro lado, las firmas coinciden en que ha sido una decisión discreta que no han comunicado públicamente, sino que se la han trasladado internamente a los clientes. “No lo estamos enfocando desde el ámbito comercial, trabajo ahora mismo no nos falta”, apunta Queralt. Coincide con esta visión Hita, quien además advierte de los efectos negativos que puede generar hacer campaña de este tipo de medidas. “La situación es delicada, puede parecer que estás intentando sacar provecho de la situación”.
Sin embargo, y aunque no haya un objetivo de negocio, lo cierto es que este tipo de iniciativas contribuyen a mejorar la imagen del despacho. Así lo afirma Busque, y agrega que “generan un valor con la relación con el cliente que puede ser beneficiosa a largo plazo”.