Cómo está cambiando (para bien) el coronavirus a algunas empresas de las islas
Empresas y profesionales canarios se suman a la lucha contra el patógeno alterando sus sistemas productivos, ofreciendo sus instalaciones o prestando servicios sin coste
La lucha contra el coronavirus se libra en primera línea en los hospitales de toda España, también de Canarias. Sin embargo, en la retaguardia, cada vez son más los casos de empresas y profesionales de las islas que se suman a la batalla: mientras unos alteran su sistema productivo, otros ofrecen sus instalaciones o servicios sin coste.
El de Destilerías Arehucas, con sede en Arucas (Gran Canaria), es uno de los ejemplos más llamativos. Tras decidir la semana pasada dejar de destilar su ron y enviar a casa a gran parte de su personal para contribuir a aplanar la curva de contagios, “la empresa se planteó cómo aportar su grano de arena”, cuenta su responsable de Relaciones Públicas, César Arencibia. Aunque un 5% de su actividad ha estado destinada tradicionalmente a la elaboración de alcohol sanitario, estos días ocupa el 100%. Y sus posibilidades de producción son enormes.
Arencibia especifica que tienen almacenados más de un millón de litros de materia prima, además de 50.000 litros de alcohol neutro de más de 96 grados (apto para uso sanitario) y 10.000 de parcialmente neutralizado, que es el que se utiliza para la fabricación de geles hidroalcohólicos. En ambos casos, asevera que son capaces de producir “varios miles de litros por día” y contribuir así a paliar su escasez actual.
Mascarillas
Pero además de alcohol y geles, faltan mascarillas y material protector, en especial en los hospitales. Un apartado en el que se ha especializado de la noche a la mañana la agencia de publicidad Arpro, ubicada en Finca España (La Laguna, Tenerife). Francisco Pérez, su propietario, cuenta cómo al ir conociendo el aumento de los contagios entre el personal sanitario empezó a darle vueltas al modo en el que podría ayudar, “hasta que llegué a la conclusión de lo que podían necesitar. Lo mandé a la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, le echaron un ojo, vieron que era factible y nos llamaron para pedirnos si por favor podíamos comenzar la producción”.
Pérez se refiere a una máscara protectora diseñada por él mismo y realizada con PET —un material plástico transparente que habitualmente utiliza para sus trabajos de soportes publicitarios— que cubre la cara por completo desde la frente a la barbilla y que no distorsiona la vista ni produce vaho ni gotas.
Comenzó su producción hace justo una semana, periodo en el que ha entregado más de 800 “caretas”, como también las llama. Afirma que puede alcanzar un ritmo de 300 por día. La producción está dividida entre una persona que corta el material, él (que les da la forma adecuada con calor), y una decena de vecinos del barrio, que son quienes terminan de remover los adhesivos protectores del PET y dejar las mascarillas listas para su uso. Va a seguir produciéndolas “hasta que haga falta; hasta que no me quede un euro”, manifiesta. Está asumiendo todos los gastos, aunque ha abierto una cuenta para donaciones de respaldo a la iniciativa que ya está recibiendo aportaciones. (El número de cuenta lo han colgado en su Facebook, @franciscojosepeg, así como instrucciones para quien desee seguir sus pasos en la elaboración de las máscaras).
Otras muchas iniciativas han surgido estos días para la realización de mascarillas solidarias. Bajo la denominación coronavirus makers canarias, se ha organizado un grupo de Telegram (muchos de ellos usuarios con impresoras 3D) para fabricarlas y repartirlas entre hospitales, centros sanitarios o ambulancias. De forma más artesanal, personas que saben coser están aportando también su esfuerzo de manera altruista. El Ayuntamiento de Santa Lucía de Tirajana ha impulsado la creación de mascarillas de tela para el personal que trabaja en los servicios esenciales del municipio. Ya se han apuntado más de una veintena de costureras, aunque las llamadas para apuntarse y colaborar se suceden cada día.
Hotel para alojar sanitarios
Hoteles canarios están contribuyendo también a hacer frente a los efectos de la pandemia. Una vez los turistas los han abandonado, después de que el Gobierno central ordenara el pasado 20 de marzo su cierre al público, establecimientos como el Gloria Izaro, en Puerto del Carmen (Lanzarote), se han puesto a disposición de las autoridades, en este caso, del Cabildo insular. Desde principios de esta acoge a sanitaros de los hospitales de la isla que eligen quedarse en él para evitar poner en riesgo de contagio a su familia.
Francisco Martínez, consejero de la cadena Gloria Hotels, indica que el alojamiento cuenta con un retén de empleados de seguridad y mantenimiento, y explica las razones de la decisión de ofrecerlo a los sanitarios: “Se lo merecen todo, algo hay que hacer. Ya que no tenemos mascarillas para dar, ofrecemos alojamientos”.
¿Y qué ocurre con quienes están pasando la cuarentena en casa? Hay profesionales que también piensan en ellos en estos difíciles momentos. Aitor Ojeda, entrenador personal online especializado en programas de pérdida de peso a través del ejercicio físico, respondió en un principio a las peticiones de amigos que, también confinados, le pidieron que hiciera entrenamientos completos en vídeo de 30 o 40 minutos de duración, algo que hasta este momento no había hecho. Una semana después de comenzar, reúne cada día en directo en su perfil de Instagram (@thehealthdealer) a unas 4.000 personas, aunque también ofrece la posibilidad de seguir las sesiones grabadas. “Lo hice por intentar ayudar a mucha gente que va a estar encerrada en casa, porque o te mueves o la ansiedad te va a comer”, afirma. Los resultados son palpables desde el primer día: “Tengo cientos de mensajes de agradecimiento, muchos aún sin abrir, de lugares como Brasil, Alemania, Australia o Inglaterra”.