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Comercio internacional de servicios. ¿Oportunidad para la pyme española?

La exportación de servicios puede ser una salida más económica y "fácil" de exportar que los bienes, pues evitaríamos muchos de los trámites

Generar nuevo negocio durante la crisis del coronavirus parece una utopía para pymes y autónomos. ¿Qué salidas tenemos? ¿Dónde y cómo podemos buscar ahora nuevas oportunidades de negocio? El comercio internacional de servicios puede ser una de esas opciones que los directivos de pymes y autónomos deben valorar.

Antes de que la propagación de la pandemia provocara la actual crisis, el comercio internacional de servicios incrementaba su cuota con respecto al comercio de bienes, con un 2,6% por un 1,8% que representa este último. Con estas cifras, y a pesar de que el crecimiento del comercio internacional de servicios seguía siendo inferior al de la media mundial, el Comité se Reflexión sobre Internacionalización, del Club de Exportadores Inversores, lanzaba una recomendación a las pymes españolas: apostar por este negocio en pos de la competitividad.

Por qué apostar por este tipo de negocio

En primer lugar, la prestación de bienes físicos es ahora complicada. Más gestiones en aduanas, con fronteras cerradas, y muchos transportes y acciones logísticas paralizadas. El ser capaz de comercializar el conocimiento, mediante la prestación de servicios online, es una salida mucho más sensata y factible, dado el actual escenario.

Entre 2005 y 2018, el valor nominal del comercio mundial de servicios ha pasado de los 2,6 billones de dólares a los 5,7 billones de dólares, lo que se traduce en un promedio anual del 6,5%, según datos facilitados por la Organización Mundial del Comercio (OMC). El comercio de bienes, experimentó un crecimiento del 5,6%, y para el año 2040 se estima que la participación de los servicios en el comercio mundial crezca un 50% más.

Los lugares en los que más crece este tipo de comercio en las economías más avanzadas, como las de Norteamérica, la Unión Europea o Australia. Estas tres regiones aglutinan dos terceras partes de las exportaciones de servicios, aunque también hay que considerar el enorme potencial de países como China, India o Brasil, que acaparan más del 50% de los intercambios comerciales que se llevan a cabo entre países.

A las buenas cifras que presentaba el sector, y a las facilidades para su comercialización, se añade la oportunidad de su venta a través de canales digitales. En este caso, es posible transferir (y cobrar) este tipo de servicios, aunque los trabajadores estén en casa teletrabajando. Las nuevas tecnologías y la transformación digital de los negocios favorecen este tipo de comercio. Incluso en sectores aparentemente poco propicios, como la salud, la educación o la economía verde, que también empiezan a tener una demanda que irá creciendo en este terreno digital.

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