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España, entre los 10 países menos eficientes de la OCDE en gasto público

Hay importantes áreas de mejora en ámbitos como la educación o las políticas activas de empleo Entre las buenas prácticas destacan la digitalización del sector público y la colaboración público-privada en sanidad

Alumnos en un aula.
Alumnos en un aula.
Ixone Arana

España se sitúa en el puesto 26 de los 36 países de la OCDE en cuanto a eficiencia del gasto público, según el índice de eficiencia elaborado por el Instituto de Estudios Económicos (IEE) a partir de indicadores internacionales de diferentes organismos y de algunos investigadores. Esto indica que debería mejorar la eficiencia en su gasto un 66% para alcanzar a Suiza, el país con mejores prácticas, un 14% para lograr los niveles promedio de la OCDE y un 4% para igualar la eficiencia media de la Unión Europea (UE).

El documento recoge que una de las principales áreas de mejora es la educación. España es el país con la tasa de abandono escolar más alta de la UE, con un 17,9% en 2018. Sin embargo, si se miden los recursos destinados a educación en función de su renta, el gasto anual, tanto público como privado, en educación por alumno en porcentaje de PIB es similar al de la OCDE y la UE. Por tanto, España presenta unos resultados inferiores a los que corresponderían con dicho nivel de gasto. De hecho, aunque el nivel de gasto ha aumentado desde los 74.947 dólares (82.046 euros) de 2013 hasta los 83.032 (90.897 euros) en 2018, los resultados en ciencias, según PISA, han bajado desde los 493 puntos en 2015  a 483 en 2018.

Otro ámbito con gran margen de mejora es el de las políticas activas de empleo. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal estima entre 6.100 y 6.500 millones de euros la partida de gasto que España destina a este fin, pero constata que no ha habido mejora en la salida al mercado laboral de los participantes en sus programas, como el Plan Prepara, durante los seis meses que dura la prestación. Así, el IEE propone "implementar propuestas que detecten las necesidades de los demandantes para vincular la oferta y demanda, así como incorporar la evaluación como práctica habitual para tomar decisiones".

En el lado contrario, el informe destaca la buena práctica para contener el gasto público que España está acometiendo mediante un notable proceso de digitalización del sector público, que, según el IEE, debería extenderse a todas las administraciones. También reconoce el ahorro de costes en sanidad a través de la gestión privada de hospitales. En la Comunidad Valenciana y de Madrid, por ejemplo, esto ha supuesto un ahorro del 30%.

Recomendaciones

Para el IEE, con que se suprimiera una "pequeña parte" de la brecha de eficiencia, el saldo de las finanzas públicas españolas se podría situar en superávit desde el actual déficit superior al 2% del PIB y sin subir los impuestos.

El estudio propone varias medidas para mejorar la eficiencia, como evitar duplicidades entre las administraciones públicas, establecer mancomunidades de servicios, reducir el número de organismos, agencias y empresas públicas y realizar una evaluación permanente del gasto público a través de la rendición de cuentas de resultados.

Por otra parte, el IEE defiende la colaboración público-privada como "catalizador obligado" de eficiencia en la Administración Pública. "Es incuestionable que la externalización hacia el sector privado, por parte de estas administraciones, es una fuente de ahorro para los contribuyentes y de mejora de la eficiencia asignativa, bien a través de la prestación de los servicios directamente por el sector privado, o a través de la adquisición de consumos intermedios o de la externalización o subcontratación de algunas tareas", subraya el IEE.

Según su presidente, Íñigo Fernández de Mesa, mejorar la eficiencia es "el tema pendiente de España" y "una cuestión de justicia", en tanto que "parece lógico que si los contribuyentes están obligados a ser eficientes en el pago de impuestos, los servicios públicos también debería funcionar de manera eficiente".

Sobre la firma

Ixone Arana
Es redactora de Estilo de Vida. Antes de incorporarse a EL PAÍS, donde también ha escrito para la sección de Madrid, trabajó en 'Cinco Días', principalmente en la sección de Fortuna. Graduada en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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