Nike coloca a su director financiero en el sur de Europa al frente de la filial española
Marco Deotto sustituye en el puesto a Ignacio Serrat, que sigue en la empresa
American Nike, la filial con la que la compañía estadounidense de ropa deportiva opera en España, ha nombrado como nuevo presidente a Marco Deotto, director financiero de la multinacional en su división del sur de Europa. Así lo reflejó este martes el Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme), en el que también figuraba el nombramiento de Deotto como consejero y consejero delegado solidario.
En estos puestos figuraba hasta ahora Ignacio Serrat, vicepresidente y director general de Nike para España, Italia, Portugal y Grecia. Desde la empresa encuadran estos movimientos como una cuestión formal, y explica que no supone un cambio en el reparto de responsabilidades en la gestión de la filial española. Es decir, Serrat continúa siendo el ejecutivo de referencia en las operaciones de Nike en el país. Por su parte, Deotto se incorporó a la compañía en 2013 como director financiero para Italia, y un año después fue designado como director financiero para el conjunto de la división del sur de Europa.
American Nike es la principal filial con la que la compañía estadounidense opera en España y Portugal. Sus cuentas no reflejan las ventas de las marcas Nike o Converse en la Península Ibérica, sino que actúa como agente, es decir, su facturación corresponde a la comisión que percibe de su matriz europea, Nike European Operations Netherlands, radicada en Holanda, por las ventas de las prendas del grupo y por la refacturación de los gastos.
Eso explica que los ingresos en el ejercicio 2019, finalizado el 31 de mayo del año pasado, fuesen de 43,5 millones, prácticamente en la línea del anterior periodo contable. Su beneficio fue de 4,2 millones, un 12,5% menos.
La empresa tiene pendiente la resolución de unas actas de la Agencia Tributaria por las que esta le reclama 14,6 millones. La empresa no tiene registrada ninguna provisión al considerar que ”el potencial impacto económico no puede cuantificarse de manera fiable con la información actual”, pese a reconocer que “es posible” que la resolución sea desfavorable.