Reino Unido prohibirá la venta de coches diésel y gasolina desde 2035
Supone cinco años antes frente a la anterior propuesta, que la fijaba en 2040
La decisión, anunciada este martes por el primer ministro británico, Boris Johnson, se produce después de que los expertos alertaran de que el plazo fijado en 2040 retrasaba demasiado el objetivo de reducir a cero las emisiones de C02 para 2050, como se ha propuesto el Reino Unido.
Durante un acto en Londres para lanzar la cumbre climática COP26 que se celebrará en noviembre en Glasgow (Escocia), en el que también participó el naturalista David Attenborough, Johnson afirmó que 2020 será "un año decisivo de acción climática" para el planeta.
El primer ministro destacó que, si es posible, la prohibición de vender coches nuevos que emitan C02 se impondrá incluso antes de la fecha fijada en 2035, aunque estos planes se someterán ahora a consulta de los especialistas.
El Gobierno británico estableció su intención de prohibir la venta de vehículos contaminantes en 2017, pero entonces no se incluyó a los híbridos, que ahora forman parte de la medida. De modo que, cuando la legislación entre en vigor, los ciudadanos solo podrán comprar automóviles eléctricos o de hidrógeno.
Johnson, que ha sido criticado por sus posiciones menos enfáticas a favor de combatir la emergencia climática, se congratuló de que el Reino Unido vaya a acoger la próxima cumbre climática impulsada por la ONU, después de que la de Madrid, en diciembre pasado, se cerrará sin conseguir los objetivos marcados.
"Acoger la COP26 es una oportunidad importante para que el Reino Unido y las naciones de todo el mundo den un paso adelante en la lucha contra la crisis climática", dijo.
Destacó que su ejecutivo se centrará en alcanzar "a lo largo de este año" el "ambicioso objetivo de cero emisiones netas en 2050" al tiempo que "instará" a otros países a perseguir el mismo fin. "No puede haber mayor responsabilidad que proteger nuestro planeta", indicó.
El reconocido naturalista David Attenborough dijo que espera con ganas la celebración de la COP26 y consideró "alentador" que el Gobierno lance este año de "acción climática".
"Cuanto más lo dejemos peor se va a poner. Así que ahora es el momento. Depende de nosotros organizar a las naciones del mundo para hacer algo al respecto", apuntó.
El representante del colectivo ecologista Friends of the Earth, Mike Childs, afirmó que el Gobierno ha actuado correctamente al adelantar el plazo de la prohibición, pero matizó que sería más conveniente situarlo incluso cinco años antes, en 2030.
"Un nuevo objetivo para 2035 todavía dejará al Reino Unido en el camino lento de la revolución de los coches eléctricos y, mientras tanto, permitirá que más gases de efecto invernadero salgan a la atmósfera", declaró.
Se espera que las ventas de automóviles eléctricos en Reino Unido se dupliquen este año, hasta representar más del 3% del total del mercado, y el año que viene experimenten se vuelvan a duplicar exponencialmente, llegando al 7%.
La organización medioambiental estima que, para alcanzar el objetivo en 2035, las ventas de eléctricos deberán alcanzar aproximadamente un tercio de todas las nuevas para 2025 y más de dos tercios para 2030, lo que supone más del doble de la cuota prevista por las normas actuales de la Unión Europea.
De implementarse y cumplirse el anuncio, Reino Unido, que el viernes pasado firmó su salida definitiva del bloque comunitario, se convertiría en el líder mundial en el cambio hacia vehículos de cero emisiones, consiguiendo así mejores perspectivas para la atracción de fabricación de vehículos y baterías.
En Reino Unido, el 98% de todos los puntos críticos de aire tóxico son causados por el tráfico, con el transporte emitiendo más dióxido de carbono (CO2) que cualquier otro sector --el 27% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero--. Los automóviles son la causa de más del 60% de las emisiones de CO2 del transporte.
En España, el Gobierno planteó recientemente que "no más tarde" de 2040 los turismos y vehículos comerciales tendrán que contar con unas emisiones de cero gramos de CO2 por kilómetro, una medida también alineada con una ley aprobada en Francia que prevé la prohibición de vender vehículos de combustión interna para 2040 en el país.