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Disfrutamos de la sombra porque hace tiempo plantamos un árbol

Tener objetivos claros y el plan adecuado para cada persona son claves para tener éxito

Una las citas destacadas del empresario e inversor Warren Buffet es la que dice: “Alguien se sienta hoy en la sombra porque otra persona plantó un árbol hace mucho tiempo”. Básicamente, la planificación con visión de largo plazo es lo que nos permite conseguir éxitos.

En este blog insistimos a menudo en la necesidad de planificar de forma global y pensando en el futuro, comprometiéndonos con dicho plan. Con el arranque del nuevo año, los propósitos frescos y los regalos de Reyes recién abiertos, es buen momento para reflexionar sobre si tenemos el plan adecuado para que los mercados financieros nos ayuden.

El árbol lo puede haber plantado otra persona, o lo podemos plantar nosotros mismos, para nuestra jubilación, para dar cobijo a nuestros descendientes… o incluso por si en el futuro, como dijo la autora Joanne Harris, necesitamos leña para hacer un fuego.

Lo importante es la previsión. Sobre todo, en un contexto en el que los mercados se han vuelto complejos y acertar con las previsiones es complicado, dado que vivimos en un mundo globalizado en el que, además, todos los campos tienen relación. ¿Quién pensaba hace un año que 2019 iba a cerrar en los mercados financieros con los resultados que hoy conocemos?

Así pues, si en ese ejercicio de soñar y desear con mejoras en el año que acabamos de estrenar hemos definido unos objetivos concretos de medio y largo plazo, hemos dado el primer paso para diseñar ese plan adecuado. Santiago Satrústegui, presidente de Abante, explicaba hace unas semanas en qué consiste el plan adecuado, porque “lo de personalizado suena ya demasiado manido”: el plan financiero adecuado es el nuestro, el de cada uno de nosotros, “porque si el plan es adecuado, llamarlo personal es una redundancia innecesaria”.

Este plan es el que basándose en nuestros objetivos nos sirve para construir la cartera de inversión que necesitamos, para protegernos a nosotros mismos de los errores típicos que solemos cometer los inversores porque somos, al fin y al cabo, personas y estamos permanentemente condicionados por una serie de sesgos cognitivos y por nuestras emociones. De ahí, también, la importancia de contar con un profesional que nos asesore, que nos ayude a cuantificar nuestras necesidades, a analizar las opciones a nuestra disposición, a mantener el compromiso con nuestro plan cuando vengan curvas.

¡Os deseamos un 2020 de éxitos y en el que se cumplan vuestros propósitos!

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