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Insolvencia en la pyme: cómo prevenirla y enfrentarse a ella

¿Se puede detectar una situación de insolvencia en una empresa?

La insolvencia es una pieza clave en el desarrollo normal de la empresa. Si la compañía está en situación de insolvencia se puede producir: desconfianza con clientes y proveedores, irregularidades en pagos que pueden afectar a bancos, trabajadores, AEAT y TGSS, una inestabilidad en el mercado o la reducción drástica de los ingresos; entre otros”. Así lo asegura Pedro Martín Molina, abogado, economista y presidente del despacho Martín Molina. Pedro es también copresidente de la sección de reestructuraciones e insolvencia en el Ilustre Colegio de Abogados de Madrid.

El pasado 2018 España terminó con el mayor nivel de insolvencia en las empresas de toda Europa, según un informe elaborado por Crédito y Caución. Aunque aún no se tienen los datos oficiales de este año, ya se sabe que las demandas relativas a pymes en situaciones de insolvencia han ido en aumento, según informan en Martín Molina. Por su parte, el Consejo General del Poder Judicial ha publicado un informe en el que se puede comprobar cómo los concursos empresariales están en niveles similares a los registrados en 2008. Todo ello pone de manifiesto la situación en la que se encuentran las empresas en nuestro país y el riesgo de insolvencia al que se enfrentan. Por ende, la importancia que tiene poder detectar un caso de insolvencia a tiempo para poder evitarlo.

Cómo detectar una insolvencia

“Una decisión empresarial errónea puede derivar a corto plazo en una situación de insolvencia”, así lo aseguran los expertos abogados y economistas de Martín Molina. Por esta razón, un buen análisis periódico de la situación de la empresa es fundamental para poder evitar esta situación.

Las empresas empiezan a dar muestras de insolvencia en el momento en el que se perciben problemas de liquidez. Periodos en los que se empieza a tener problemas para enfrentarse a algunos de los gastos, o cuando no se cuenta con los recursos materiales necesarios para continuar con la actividad es momento de empezar a alarmarse. Identificar todos los factores que intervienen en la evolución del negocio es fundamental para poder prever una situación de insolvencia. Para ello, es recomendable desarrollar mecanismos internos con el fin de controlar el sistema financiero de la compañía. Elaborar una planificación de la estrategia empresarial, unido a un diseño de un plan de viabilidad son dos medidas eficaces para prevenir riesgos en la empresa. Los resultados de estos análisis son los que muestran la situación de la empresa y los que sirven de base para tomar las decisiones pertinentes en busca de ese control del negocio.

Cierto es que la previsión de una insolvencia empresarial “no requiere de un cálculo exacto, sino que la aparición continuada de una serie indicios pueden evidenciarla”, tal y como apunta Martín Molina. Es frecuente, “que el empresario pretenda abarcar más negocio del que puede desempeñar (…). No se limita a desarrollar su actividad, sino que abre otros negocios no relacionados con el principal con la misma financiación”. Este experto asegura que hace falta un plan de negocio real y formalizar un plan de cobros y pagos adecuado a las necesidades específicas de cada empresa.

Cómo hacer frente a un caso de insolvencia

En caso de que no se haya podido prevenir, y una empresa se vea obligada a declararse insolvente es momento de realizar una reestructuración total. “Hay que eliminar las causas que han generado esta insolvencia y proponer acciones que garanticen a los acreedores la viabilidad del negocio: planes de cobro y pago, de financiación, de tesorería, entre otros”, subraya el copresidente de la sección de reestructuraciones e insolvencia del Colegio de Abogados de Madrid.

Cuando un empresario note que se empiezan a alargar los plazos de cobro y se mantienen los de pago, si se incumplen algunos pagos a AEAT y TGSS, las nóminas se retrasan o aumentan los requerimientos del banco por falta de pago de algunas cuotas derivadas de un préstamo, es momento de alarmarse. Cuando un empresario se encuentre en una situación similar, según apuntan desde Martín Molina, es aconsejable acudir a un experto. Éste le ayudará a salir de la situación, gracias a sus conocimientos, aplicando las “herramientas jurídicas y de gestión empresarial que garanticen la continuidad del negocio”.

Una empresa insolvente debe refinanciar su deuda. Para ello, es necesario reestructurarse jurídica y empresarialmente, además de reorganizar la plantilla de empleados y los gastos. En este punto, el empresario debe buscar financiación alternativa y una mediación y acuerdo con los acreedores. Incluso, se deberá plantear una reorientación de la actividad o el sector con el fin de conseguir salir de la situación. Todas las medidas necesarias con el objetivo de adaptar la estructura y los procesos de la pyme a la situación presente.

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