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El árbol que transforma en realidad los sueños infantiles

CaixaBank se hará cargo de la carta a los Reyes de 25.000 menores en riesgo de pobreza

Árbol de los Sueños instalado en la sede corporativa de CaixaBank en Barcelona.
Árbol de los Sueños instalado en la sede corporativa de CaixaBank en Barcelona.
Rafael Durán Fernández

La llegada de los Reyes Magos, o de Papá Noel o el Olentzero, dependiendo de las tradiciones familiares o del lugar de residencia, es posiblemente el momento más mágico de la Navidad, en especial para la infancia, que sueña con ver cumplidas sus pequeñas ilusiones. Si bien, desgraciadamente, en familias con pocos recursos no siempre se ven colmadas.

Esta Navidad, CaixaBank ha vuelto a plantar el Árbol de los Sueños, una iniciativa con la que pretende conseguir los deseos de cerca de 25.000 niños y niñas en riesgo de pobreza o exclusión social. En España se estima que son 2,2 millones los menores en esa situación.

Desde el 25 de noviembre, en 1.400 oficinas de CaixaBank, en su sede corporativa y en empresas filiales y colaboradoras se ha erguido un Árbol de los Sueños, fabricado con cartón reciclado. En su superficie lleva adheridas unas redondelas con forma de bola de Navidad (puede contener hasta 20) con el nombre de pila y la edad de un menor que ha escrito su carta a los Reyes, y que están destinadas a los clientes del banco y a sus empleados. Quien esté interesado tiene que desprender una de esas redondelas y pedir a un empleado de la oficina que le entregue la carta correspondiente, en la que expresa su deseo concreto: un juguete, ropa, zapatos u otro objeto. El poseedor de la carta debe buscarlo, adquirirlo y llevarlo a la oficina, depositándolo al pie del árbol hasta el 13 de diciembre.

Las cartas están redactadas por los propios niños y los regalos no superan los 40 euros

Este es el tercer año de la iniciativa, tras la prueba que se hizo la primera vez en Barcelona, que llegó a cerca de 400 niños, y la del año pasado, ya en toda España, que se atendieron las cartas de 21.000 menores. “Esto tiene un trabajo de fondo; hemos tardado seis meses en prepararlo, de junio a noviembre”, señala Pere Huguet director corporativo de acción social de CaixaBank.

“Este año hemos puesto en marcha una aplicación específica, el año pasado hicimos todo a pelo y a mano, los 40 que formamos el equipo de acción social. Las cartas pasan por revisión, porque a veces ponen el nombre completo y hasta la dirección y esto o se devuelve a la entidad o se tacha para que sea irreconocible. Y estamos obligados a identificar quién se lleva la bola; queda registrado por control y también por cumplimiento normativo”, explica Huguet.

400 entidades sociales

La iniciativa se realiza en colaboración con la Obra Social La Caixa a través del programa CaixaProinfancia. Más de 400 entidades sociales del país, colaboradoras de este programa e involucradas en la tarea de mejorar la situación de la infancia, se han ofrecido para participar en la elaboración de las miles de cartas en las que los menores que tutelan o atienden expresan su deseo para estas Navidades.

“Con el Árbol de los Sueños, en Gazteleku hemos escrito 203 cartas en los programas que tenemos en CaixaProinfancia de refuerzo educativo”, comenta Arantxa Gutiérrez, coordinadora de programas de promoción social de la Asociación de Desarrollo Comunitario Gazteleku, que opera en el distrito bilbaíno de Rekalde. “Es labor de los educadores hacerles un poco realistas en cuanto a qué se puede pedir o qué no, de buscar regalos que les gusten y que cumplan las expectativas. Aunque estos niños y niñas están hartos de oír en casa que el Olentzero no es muy rico y suelen tener tendencia a la baja”, reconoce Gutiérrez.

Las cartas deben redactarlas los propios niños o con la ayuda de un monitor si son demasiado pequeños (la edad debe estar entre los 2 y los 12 años); el valor del regalo no debe superar los 40 euros, y son las propias entidades las que deben recoger los paquetes.

Nadie se va quedar sin regalo, cuando alguno falla, la sucursal se hace cargo

“En la entrega intentamos valorar mucho el tema de la familia, que sean ellos los protagonistas, con lo cual antes del Olentzero lo hemos entregado a cada familia, en mano, y tienen que venir sin los niños a Gazteleku a recoger el regalo que han pedido. Las familias lo ponen en el árbol de Navidad o lo que sea”, afirma la representante de la asociación vasca.

“Nadie se va a quedar sin regalo. Cuando alguno ha fallado o cuando un cliente se lo ha llevado y luego no ha vuelto por la razón que sea, los empleados lo compran o incluso los servicios centrales”, asegura el director de acción social de CaixaBank.

“Con esta iniciativa se generan lazos de solidaridad fuertes. Es gente del barrio quien compra el regalo, que sabe que hay gente que lo está pasando mal. También con los empleados de la sucursal”, destaca Arantxa Gutiérrez. “La iniciativa es de 10, una cosa muy bonita. Porque otras veces las obras sociales dejan así como un sabor agridulce. El mundo de los niños, el mundo de los sueños, de pedir y que se conceda, es alucinante. Algunos chavales venían llorando. Cosas así ponen la piel de gallina”.

Labor social continua

CaixaBank, a través de su acción social y en colaboración con la Obra Social La Caixa, impulsa a lo largo del año acciones diversas para tratar de paliar necesidades sociales urgentes, implicando directamente a los equipos de su red de oficinas. Promociona el voluntariado con finalidades sociales entre sus empleados y clientes, y canaliza, por medio de su red comercial, y gracias a su capilaridad, miles de ayudas económicas de la Obra Social La Caixa a entidades sociales locales que necesitan apoyo para sus proyectos y funcionamiento.

“Aquí en acción social colaboramos con la fundación en mil cosas. Por ejemplo, durante todo el año estamos repartiendo parte del presupuesto de la Obra Social, que son 540 millones de euros. 44 millones, un 8%, se distribuye a través de las oficinas de CaixaBank. Conocemos a miles de entidades porque son clientes nuestros y tenemos miles de oficinas repartidas por todas partes y esto nos hace llegar a cualquier rincón”, relata Pere Huguet.

La pobreza infantil es un problema social enquistado de compleja solución, al que la Obra Social La Caixa destina importantes recursos mediante su programa CaixaProinfancia, que aspira a romper el círculo de la pobreza hereditaria apoyando la educación. Atender un deseo expresado por una niña en una carta a los Reyes es una manera de contribuir a su bienes­tar.

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Sobre la firma

Rafael Durán Fernández
Lleva más de una década a cargo de los temas de sostenibilidad en la sección de Buen Gobierno, tarea que compagina con la edición de CincoDías. Aterrizó en el periódico en el año 2000 y pasó una temporada en la sección de Opinión. Antes, en El Siglo de Europa y El Nuevo Lunes. Es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid.

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