La mitad de la población está satisfecha con su economía pero aumentan las carencias materiales
Tres de cada cuatro residentes en España está satisfecho o muy satisfecho con su vida en general, según el INE
¿Cuál es el grado de satisfacción por la vida en general de la población que vive en España? Hay datos oficiales sobre esto y los aporta el Instituto Nacional de Estadística (INE). Según estas cifras, incluidas en la síntesis de Indicadores de Calidad de Vida publicados hoy, tres de cada cuatro personas en España (el 75%) están satisfechos o muy satisfechos con su vida en la actualidad, con datos de 2018.
En general, entre un 0 --menos satisfechos--y un 10 -máxima satisfacción--, los residentes en España otorgan un 7,3 a su satisfacción media respecto a su vida. Si bien, esta puntuación varía en función de las condiciones de los encuestados. Así, los hombres están ligeramente más satisfechos (7,4) que las mujeres (7,3). Los jóvenes menores de 30 años son los que están más contentos con sus vidas (7,7) frente a los mayores de 65 años (6,9). Y, según el tipo de hogar, aquellos con dos o más adultos con hijos dependientes, son los más satisfechos con su vida (con una satisfacción media del 7,6) mientras que las mujeres que viven solas mayores de 65 años son las que dan una menor valoración a su situación (6,7).
Cuando se trata de evaluar como están de contentos los españoles y residentes extranjeros con su situación económica, la cosa empeora, pero aún así, se muestran satisfechos y dan un aprobado a su economía. En concreto, el 39,2% de la población está satisfecha con su situación financiera y el 12,3% está muy satisfecha (en total, el 51,5%). Por el contrario, el 16,3% no está nada satisfecha con ella y el 32,2% está poco satisfecha. En general, la nota media de satisfacción económica de la población en España es del 6,3, un punto menos que el agrado respecto a la situación vital en general.
Incluso el 54% de los desempleados aseguran estar satisfechos o muy satisfechos con su vida en la actualidad. Sin embargo, todos estos datos no quieren decir que las condiciones económicas de la población en España hayan ido a mejor el pasado año. De hecho, los hogares que declararon tener carencias materiales en su día a día aumentaron hasta el 14% el año pasado, un punto más que en 2017.
Concretamente, este porcentaje de población no se puede permitir al menos tres de las siguientes situaciones: ir de vacaciones al menos una semana al año; comer carne al menos cada dos días; mantener la vivienda con una temperatura adecuada; capacidad para afrontar gastos imprevistos (de unos 700 euros al año); ha tenido retrasos en los pagos relacionados con su vivienda o sus compras o no puede disponer de un automóvil, de un teléfono, de un televisor o de una lavadora.
De entre todas estas carencias materiales, los datos recopilados hoy indican, por ejemplo, que el pasado año fue el primero desde que se inició la recuperación económica en 2014 en el que creció el porcentaje de población que tuvo retrasos en sus pagos habituales como los relacionados con la hipoteca, el abono del alguiler o de los suministros como agua, electricidad o gas, así como en el pago de otro tipo de compras. En 2018 el 9,4% de los residentes en España se vió afectado por estos retrasos frente al 9,3% del año anterior.
Nuevamente, el tipo de hogar condiciona el grado en el afectan estos retrasos. Por ejemplo, en el caso de familias formadas por un solo adulto con hijos a su cargo se eleva al 20% quienes se retrasan en sus pagos, el doble que en la población en general. Por el contrario, en las casas donde vive una mujer de 65 o más años sola, el retraso apenas afecta al 1,8% de estos hogares.
Como era de esperar también la población que se retrasa en los pagos también se triplica en función de la renta. Así, un tercio del 10% de los que menos ganan paga con retraso frente a solo el 1,2% del 10% que más gana.
Asimismo, el pasado año también aumentó la cantidad de población que declaró tener "grandes dificultades" o "dificultades" para llegar a fin de mes. Los primeros pasaron del 9,5% de la población en 2017 al 10,4% en 2018; mientras que los segundos, aumentaron al 16,7% en el pasado ejercicio, desde el 15,6% de 2017. Por su parte, aquellos que declararon tener solo "algunas dificultades" se redujeron muy levemente del 28,2%.
Este empeoramiento de ciertas condiciones económicas se produce a pesar de que, según el INE, la renta media por hogar ascenció el pasado año a 28.417 euros anuales, tras incrementarse un 3,1% anual. Y pese a que el porcentaje de salarios bajos, que afectaba al 16,2% del total de asalariados en 2017, también se recortó frente al 16,8% de 2016.