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Energía

Iberdrola cierra la venta del 40% de East Anglia One por 1.750 millones

El grupo destinará estos recursos a su plan renovable hasta 2022

Trabajos de instalación de turbinas en el proyecto East Anglia One.
Trabajos de instalación de turbinas en el proyecto East Anglia One.

Iberdrola ya ha conseguido todos los permisos oficiales de las autoridades británicas a la operación de venta de su 40% en el parque de eólica marina East Anglia One (EAO) en aguas del Mar del Norte. La desinversión reporta unos ingresos de 1.630 millones de libras (más de 1.750 millones de euros) al grupo que gestiona Ignacio Galán.

 Con todos los procedimientos normativos concluidos por parte de The Crown State, el regulador energético de las islas, Iberdrola logra recursos para seguir con su estrategia en renovables, un ámbito al que destinará el 39% de su plan de inversiones de 34.000 millones hasta 2022.

De paso, la multinacional que preside Galán se desmarca del ambiente de incertidumbre que rodea al Reino Unido, tanto en el ámbito político como el económico, después de la decisión del primer ministro, Boris Johnson, de suspender la actividad del Parlamento de Londres durante cinco semanas, lo que estrangula aún más las posibilidades de alcanzar un Brexit pactado.

EAO, que ahora está en la fase inicial de construcción con la instalación de una veintena de aerogeneradores, tiene prevista su entrada en actividad el próximo año. Será el mayor complejo de offshore del mundo, con una capacidad de 714 MW que cubrirá el suministro de energía eléctrica a 600.000 hogares británicos.

El nuevo accionista de EAO con el 40% será Green Investment Group (GIG), del grupo Macquarie. Los grandes inversores del planeta siguen con atención los proyectos de eólica marina porque son explotaciones con negocio garantizado a largo plazo, con contratos de provisión de energía a precios pactados para las próximos décadas.

Los inversores también valoran su sostenibilidad, en medio de una cultura social contra el cambio climático que está marcando las agendas internacionales, a pesar de las actuaciones en contra de Trump y Bolsonaro, los presidente de Estados Unidos y Brasil, respectivamente.

Precisamente en EE UU, Iberdrola recibe reticencias a su proyecto Vineyard de offshore, frente a las costas de Massachusetts. Con una capacidad de 800 MW, podrá suministrar electricidad a un millón de hogares cuando esté en actividad. En Vineyard, la multinacional con sede en Bilbao participa al 50% con el fondo danés Copenhaguen Infrestructure Partners (CIP).

Vineyard ya ha recibido las autorizaciones preceptivas de las autoridades de Massachusetts. En esa aprobación han participado los reguladores energéticos de las localidades de New Hampshire y Maine. Los técnicos de la capital del Estado, Boston, se han sumado a esas opiniones positivas al proyecto de eólica marina. Además, Iberdrola ha cerrado el suministro a veinte años con las eléctricas de Massachusetts.

Pese a esos respaldos políticos y económicos, Vineyard se ha encontrado con el obstáculo del Departamento de Interior del Gobierno de Washington, que quiere abrir un estudio adicional de impacto ambiental. Este freno del Ejecutivo de Trump puede retrasar la entrada en actividad del complejo, prevista para 2022.

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