Cevica, cerámicas que inhiben las bacterias gracias a la nanotecnología
La empresa de Castellón permite personalizar los azulejos con una herramienta web
Corría el año 1986, España se encontraba con una economía en depresión, más de 800.000 parados y fuertes niveles de inflación. Es en esa coyuntura cuando, tras meses intentando buscar empleo, dos matrimonios deciden fundar una pequeña fábrica de azulejos en Castellón, epicentro de la industria de la cerámica española.
Construida y sostenida mediante la fabricación de piezas pequeñas para otras ceramistas y distribuidores, Cevica es actualmente una empresa familiar que exporta a más de 56 países alrededor del mundo con énfasis en la innovación y la sostenibilidad de sus procesos de producción.
La principal herramienta que la diferencia de sus competidores es Cevica Lab, un instrumento online a disposición de sus clientes para que estos puedan elegir el color, formato y acabado de las piezas, de modo que puedan personalizar el producto.
De un vistazo
La empresa, con 49 empleados, está dirigida por la segunda generación de la familia Carnicer: Raúl es el gerente, David es el director de recursos humanos y César es el director comercial.
Entre sus clientes destacan centros comerciales en Alemania, hoteles emblemáticos en Estados Unidos, restaurantes en Suiza y grandes cadenas de cafeterías españolas.
Según Cevica, la competencia ha cambiado mucho, ya que antes de la crisis tenían entre 30 y 40 rivales.
La compañía atiende proyectos de un mínimo de 60 metros cuadrados, pero aclara que también se pueden fabricar menos piezas a un precio mayor, dependiendo de las necesidades de la clientela. De sus mercados más importantes en el mercado asiático resaltan Japón, Corea del Sur y Filipinas.
A partir de 2006, Cevica se inició en los negocios de contratos para diseños específicos, lo que atrajo a expertos como arquitectos y diseñadores que buscaban productos personalizados para sus propios conceptos.
La empresa familiar, que comenzó con una sola máquina con capacidad de un metro cúbico, cuenta hoy con tres hornos, dos equipos para el prensado de piezas especiales, cuatro líneas diferentes de esmaltado, dos molinos y dos impresoras digitales. Además, César Carnicer, director comercial, afirma que, a pesar de que las ventas se hundieron a causa de la crisis, en 2012 empezaron a recuperarse y desde entonces el crecimiento ha sido constante. En 2018, la facturación se incrementó un 8%, hasta los 7 millones de euros.
Cevica, dirigida por los tres hermanos Carnicer
–César, David y Raúl–, tiene una plantilla de 49 empleados e invierte unos 100.000 euros al año en innovación y desarrollo. Como apunta César Carnicer, Cevica está constantemente desarrollando nuevas tecnologías y esmaltes. Su más reciente innovación: las cerámicas desarrolladas con nanotecnología que trabajan como bactericidas y autolimpiantes.
La fábrica se unió a otra firma de investigación para que con la aplicación de dióxido de plata se cree un material resistente a bacterias, virus y hongos y, de esta manera, se pueda mezclar con el esmalte y dé como resultado un producto que inhiba el crecimiento de estos microorganismos en superficies de piscinas y cocinas. “Nuestro proyecto es seguir invirtiendo en nuevas maquinarias, nuevas tecnologías y trabajar en nuestra mejora continua”, señala Carnicer.
Producción tradicional
Su hincapié en la simplicidad hace de su producción un proceso tradicional con el prensado de la tierra tapizada y la elaboración de un bizcocho que luego se cuece. La personalización viene después, al tener diversos departamentos especializados en pintado a mano y calcas, respondiendo a las necesidades particulares de cada proyecto. Como cuenta Carnicer, esta parte especializada del proceso productivo es básicamente su forma de diferenciarse de la competencia mediante la adaptación del producto al cliente.
La personalización del producto se logra principalmente con la herramienta Cevica Lab, que está disponible en la página web del grupo. Allí ponen al alcance de los clientes diferentes opciones de formas y colores para que puedan darle un toque único a su cerámica. Con Cevica Lab, la empresa ofrece un servicio totalmente enfocado en el cliente y en sus requerimientos. Incluso es posible enviarles propuestas antes de su elaboración.
Según su director comercial, este instrumento innovador los hace tener un posicionamiento único en el mercado tanto nacional como internacional, ya que son los únicos en el mundo en ofrecer esta tipología de servicio con tan pocas unidades de producción.
Compensación de CO2
A lo largo de su trayectoria en la industria de la cerámica, Cevica recibió en 2013 la certificación CO2Zero, la cual asegura que está compensando el CO2 que emite a la atmósfera durante el desarrollo de su actividad. Posteriormente obtuvieron una certificación aún más exigente y reconocida, la ISO 14000, que está orientada hacia la gestión efectiva del medio ambiente en las empresas. Además, la compañía renueva periódicamente el sello Reduzco CO2 del Ministerio para la Transición Ecológica, aunque en la industria de la cerámica todavía no es obligatorio contar con él.
La compañía se preocupa también por trabajar de manera medioambientalmente responsable, por lo que sus instalaciones disponen de una depuradora que recicla las aguas residuales y de sistemas de aspiración para la eliminación de elementos tóxicos.
Proyectos en el sector de restauración y hotelería
A partir de 1996, Cevica empezó a producir las kitchen tiles o los azulejos de cocina, un producto de un formato más pequeño utilizado principalmente en las cocinas inglesas, abriéndose así hacia el mercado del Reino Unido. De esta manera, la empresa ceramista fue evolucionando hacia un mercado internacional que el año pasado supuso el 70% de sus ventas. En palabras de César Carnicer, fue en este momento cuando Cevica empezó a “despegar en la exportación”.
La empresa castellonense se ha enfocado en distribuir sus productos alrededor del mundo con una presencia mayoritaria en Europa y Asia. En estos momentos está en proceso de conseguir exportar a diez países más, sobre todo de África y Latinoamérica. Una de sus grandes metas es vender también en India. Este posicionamiento internacional es una de sus principales fortalezas con respecto a otras firmas del sector. Asegura que en España solo tiene un competidor relevante.
Cevica se enfoca actualmente en la elaboración de proyectos como el del emblemático Hotel Emma, una antigua fábrica de cervezas construida en 1894 en San Antonio (Texas) que sobrevivió a la época de la prohibición en Estados Unidos, y demás iniciativas de este estilo, con énfasis en hoteles y restaurantes chic en Alemania y Reino Unido, donde destacan sus azulejos personalizados y a la medida.
Aún con toda esta apertura comercial, la empresa pretende mantener su carácter familiar: “No somos una multinacional, somos una empresa pequeña que todavía tiene raíces familiares”, aclara Carnicer. Por supuesto, no planean moverse de Castellón, que es conocida por ser la tierra de la industria de la cerámica, ya que, para ellos, allí nació Cevica y allí se queda.