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Distribución

Eroski prevé cerrar en julio su refinanciación sin ir a la justicia

El grupo negocia que bancos con el 23% de la deuda se sumen al acuerdo firmado en marzo

Eroski continúa maldiciendo la suerte de comprar Caprabo en 2007, justo antes de que estallara la mayor crisis financiera de la historia. El grupo de distribución sufrió la desacelaración del consumo en los peores momento en su negocio, y reestructuró su deuda en enero de 2015, tras pedir socorro a la banca ante la incapacidad de afrontar su pasivo. Entonces, tuvo que recurrir a la justicia para que extendiera los efectos del acuerdo a todos los acreedores. Para su nueva refinanciación, pactada en marzo y a la que quedan por adherirse acreedores con el 23% de la deuda, espera no tener que ir a los jueces.

Los cinco principales bancos rubricaron un acuerdo de refinanciación de los 1.542 millones de euros de deuda bancaria de Eroski en marzo. En esencia, este blindaba el carácter cooperativo de la cadena de supermercados vasca y extendía los vencimientos de la deuda hasta 2024. Y a cambio la compañía se comprometía a realizar determinadas desinversiones no estratégicas y cumplir con un calendario de repagos de deuda.

Aunque este grupo líder de bancos son los más expuestos a los créditos de Eroski, con el 77% de su pasivo en sus manos, hay al menos otras 10 entidades involucradas que aún no se han pronunciado. Al contar con una posición minoritaria en los créditos, su margen para revolverse es muy limitado. La ley permite que se fuerce por vía judicial a los acreedores con menos de un tercio de la deuda a asumir el pacto alcanzado por los mayoritarios.

Sin embargo, el alto grado de compromiso con el plan de amortizaciones que los bancos perciben por parte de la empresa hace que las fuentes consultadas crean poco probable llegar a este extremo. Y que el resto de los bancos del sindicato se sumarán al acuerdo de buena gana. El límite para ello es el 31 de julio.

No ocurrió así con la refinanciación que la cooperativa vasca llevó a cabo en 2015, que vence precisamente este 31 de julio. El 15 de enero de 2015 la compañía alcanzó un acuerdo con los acreedores que tenían en sus manos el 95% de su deuda, 2.142 millones de euros y líneas de circulante. El 29 de julio un juzgado obligó a los acreedores rebeldes a aceptar el pacto, que dividía el pasivo de la cooperativa en cinco tramos

Según el último informe financiero, la compañía cumplió en amortizar los 299 millones ligados a desinversiones. Quedaba pendiente, a cierre de 2018, 864 millones de deuda sénior y 872 millones de deuda no estructural. De este último tramo, 149,7 millones se convirtieron en un préstamo participativo de la filial Cecosa Hipermercados. En 2018 amortizó 187 millones de pasivo, lo que eleva la cifra en los últimos cuatro años a 731 millones y a 1.800 millones desde 2010.

La compañía ha conseguido, además, una rebaja sustanciosa en el tipo de interés pagado. Según la información recogida en el informe financiero de 2018, la compañía calcula que esto tendrá un impacto positivo de entre 170 y 185 millones en su cuenta de resultados.

Los 1.540 milones de euros de deuda bancaria de Eroski se dividen ahora en dos tramos. Uno de unos 1.000 millones, amortizable, por el que paga el euríbor más un diferencial del 2,5%. El otro es un tramo bullet por unos 540 millones con un tipo de interés máximo del 0,5%.

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