Holaluz lidera el autoconsumo solar con 1.500 instalaciones en 10 meses
La comercializadora recibe una avalancha de peticiones, la mayoría de sus propios clientes, elabora 300 presupuestos y monta 30 instalaciones semanales
La comercializadora independiente de energías renovables Holaluz ha recibido una avalancha de peticiones (10.000) para instalar placas de autoconsumo desde que el pasado octubre una norma del Gobierno de Pedro Sánchez eliminase el llamado impuesto al sol. Según aseguró ayer en rueda de prensa la cofundadora de la compañía, Carlota Pi, “de la noche a la mañana los consumidores han entendido que el autoconsumo es legal y económicamente viable”.
No en vano, Holaluz elabora una media de 300 presupuestos semanales y monta cinco instalaciones diarias (unas 30 por semana), con lo que sumará 1.500 a finales de año y, según su previsión, 5.000 en 2021. Una cifra que coloca a la comercializadora catalana como líder del autoconsumo. En España hay registradas 10.000 instalaciones frente a las 800.000 de Reino Unido, las 700.000 de Italia y los 1,5 millones de Alemania.
“No damos a basto”, comentó la directiva de Holaluz, tras indicar que el equipo para autoconsumo de la compañía ha pasado de tres personas a 15 y se espera que este se duplique en el futuro. Hace un año, Holaluz (que es la primera compañía en montar una instalación de autoconsumo colectivo, en Rubí) llegó a un acuerdo con Tesla para montar las baterías inteligentes Powerwall 2, lo que la convirtió en el primer instalador certificado para España.
Más de la mitad de los paneles que instala (de 3 kW de potencia) corresponden a clientes de la comercializadora. Se trata esencialmente de casas unifamiliares o pareadas e instalaciones que no vierten a la red. “Falta aún un reglamento que impulse esta opción”, que Pi tampoco ve complicada.
La inversión total de la instalación es de 4.500 euros, que se amortizan en siete años. El contrato incluye el proyecto, la legalización de la instalación, los trámites y el suministro de las placas). El mantenimiento es muy bajo, unos 50 euros anuales. La compañía tiene líneas de financiación con la banca que asume ella o, en su caso, el cliente.
El mismo paquete incluye un contrato con Holaluz para comercializar la electricidad que no se autoproduzca, aproximadamente un 60% (la capacidad instantánea máxima es de un 40%). Del coste, recordó Carlota Pi, hay que descontar las subvenciones que algunos ayuntamientos ofrecen, por ejemplo, con descuentos en el IBI.
Precisamente, en mayo se cumplió un año de la adjudicación a Holaluz del contrato de suministro eléctrico del ayuntamiento de Madrid. Un contrato de dos años prorrogable a otras dos si las partes así lo deciden. Pese a la salida de Manuela Carmena en el consistorio, Pi señaló que “los interlocutores son los mismos, estamos tranquilos”. Además, “la energía verde es un bien para todos, no entiende de política”.
Holaluz, que facturó 180 millones de euros el año pasado, prevé incremenatar esta cifra un 57% este año y sumar una cartera de 350.000 clientes (900 altas mensuales), casi el doble que en 2018. Solo en Madrid, la compañía ha aumentado sus clientes un 56%, hasta 35.000. "Un 39% de los nuevos clientes contrata por recomendación de los que ya están con nosotros”, subraya Pi.
La tarifa plana responsable
Fundada hace ocho años, Holaluz se ha convertido en un referente en la comercialización “responsable” de electricidad procedente de fuentes renovables.
Entre sus logros figura el lanzamiento de la Tarifa Justa, la única tarifa plana ilimitada dirigida a clientes comprometidos con el medio ambiente. Según su directora, Carlota Pi, un 90% de los clientes con este contrato está cumpliendo su compromiso de mantener sus niveles de consumo.
También en 2018, Holaluz firmó varios contratos de compraventa de energía (como los de Raiola y EDF Solar), una especie de PPAs pero de un año. Solar. Y una alianza con Chint Energy para instalar 500 MW fotovoltaicos con una inversión de 350 millones de euros.
Sobre la firma