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Las acciones de Dia reaccionan con una fuerte volatilidad tras el acuerdo entre Botín y Fridman

Su cotización fue inhibida minutos antes de que cerrara el mercado

Mikhail Fridman, primer accionista de Dia.
Mikhail Fridman, primer accionista de Dia.
CINCO DÍAS

Las acciones de Dia han sido presa de la volatilidad nada más conocerse que la presidenta del Banco Santander, Ana Botín, había alcanzado un acuerdo con el mayor accionista de la compañía, el fondo Letterone, que salva a la cadena de distribución de entrar en un preconcurso de acreedores. El grupo abrió con un retroceso del 1,6% hasta los 0,63 euros, cotizó plano a lo largo del día pero nada más conocerse la noticia, sus acciones comenzaron a desplomarse aunque finalmente cerraran con una caída del 0,19% después de que la CNMV inhibiera su cotización minutos antes de que cerrara el mercado. 

Hoy era la fecha crítica para el futuro de la sociedad, pues ésta precisaba de un acuerdo con todos los bancos acreedores para que Letterone, que consiguió el 70% del capital en la opa, inyectara el capital comprometido en la cadena de supermercados. En caso contrario, la firma hubiera entrado en preconcurso de acreedores, pues se cumplía el plazo legal permitido para que una sociedad opere con el desequilibrio financiero que sufre Dia.

Aunque 16 de las 17 entidades (bancos y fondos de inversión) que participan en el préstamo sindicado de Dia de 912 millones están de acuerdo en la refinanciación, la operación no ha recibido la luz verde del Banco Santander hasta media tarde ya que consideraba que esta opción trataba de forma injusta a los bancos frente a los bonistas. La entidad presidida por Ana Botín es el primer participante en el sindicado, con el 22,5% del préstamo

Pese a la premura temporal, fuentes cercanas a la situación indican que al pactarse la refinanciación, Fridman inyectaría 175 millones mediante un préstamo participativo que revertiría los fondos propios negativos del grupo, evitando el preconcurso.

En caso de preconcurso Dia tendría cuatro meses para negociar con los acreedores (incluidos los bonistas a los que Dia debe 300 millones), y todos podrían sufrir quitas o reestructuración de sus deudas sin la necesaria unanimidad (solo es preciso que estén alineados dueños de al menos el 51% del pasivo). Durante este periodo no podrían iniciarse ejecuciones promovidas por los acreedores, de manera que los activos de la empresa estarían, por lo tanto, blindados, al igual que en un concurso de acreedores puro y duro. No obstante, la situación de preconcurso pondría en jaque a la empresa, que necesita fondos para cubrir su día a día.

No obstante, ni la refinanciación ni el preconcurso son una alternativa positiva para los accionistas:  la empresa necesita la inyección de Fridman para poder operar, pero la ampliación de capital diluirá al accionista actual: Dia vale 393 millones y Fridman inyectará 500. Con todo, cotiza no muy lejos del precio de la opa, 0,67 euros.

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