El turismo de lujo se apoya en el de bienestar para crecer
Los viajeros motivados por el ‘wellness’ desembolsaron 8.800 millones de euros el año pasado
En un mundo que avanza a un ritmo frenético, el tiempo y el silencio se han convertido en el verdadero lujo. Un fenómeno al que no es ajeno el sector turístico, tal y como apuntó el presidente de Circulo Fortuny y European Cultural and Creative Industries Alliance (ECCIA), Carlos Falcó, durante un desayuno informativo celebrado este jueves y organizado por la asociación que dirige. El directivo aseguró que se ha producido un cambio de paradigma en la alta gama, pues los viajeros actuales se decantan por el turismo de experiencias, donde el wellness parece tener un papel protagonista, frente al de compras.
España es el segundo destino europeo y el quinto a nivel mundial elegido por motivos de bienestar, según los datos del informe Global Wellness Tourism Economy elaborado por el Global Wellness Institute para el Círculo Fortuny. Este área creció un 15% el año pasado, cuando se recibieron 5,2 millones de estos turistas, con un total de 18,8 millones de viajes y un gasto de más de 8.800 millones de euros. El mencionado documento también recoge que Barcelona es la tercera ciudad del mundo para disfrutar de este tipo de experiencias, después de Nueva York y Los Ángeles, mientras que Madrid aparece en quinta posición. No obstante, España presenta un gran potencial para el desarrollo de estos viajes, pues según Bloomberg, es el país más saludable del mundo y el segundo con una mayor esperanza de vida.
En este sentido, el vicepresidente de Sha Wellness Clinic, Alejandro Bataller, hizo hincapié en que se debe llevar a cabo un gran esfuerzo por posicionarse a nivel país, por dotar de recursos económicos a las instituciones que promocionan estas actividades, y desde la empresa privada, por ofrecer opciones interesantes. No obstante, el directivo insistió en que España tiene mucho potencial para convertirse en un referente mundial para este tipo de turismo. “De la misma manera que cuando se piensa en Italia, se piensa en diseño, en Francia, en saber hacer, y en Reino Unido, en grandeza, queremos lograr que cuando se imagine España, las experiencias se posicionen como nuestro valor diferencial”, comentó.
El posicionamiento de la marca país también resultó ser una de las preocupaciones del director general de Abadía Retuerta LeDomaine, Enrique Valero, quien afirmó que cuando habla sobre el establecimiento que dirige en el extranjero, vende más la imagen de España, y la del resto de socios de Círculo Fortuny, que la de su propio alojamiento. En este sentido, el ejecutivo, para quien las buenas experiencias se convierten en destinos en sí mismos, más allá de su función como alojamientos o restaurantes, aseguró que para que España se convierta una potencia en este sentido, “se debe poner el foco en la excelencia y no en el corto plazo, Además, si se hace así, el retorno económico llegará mucho antes de lo que se espera”.
Los expertos se mostraron de acuerdo en que impulsar el desarrollo del turismo exclusivo repercutirá positivamente en el crecimiento de toda la industria. “Los viajes de alta gama tienen un papel muy importante en la marca país, pues logran atraer a un mayor número de turistas a nivel global, más allá de los aspiracionales”, apuntó Bataller. Además, este tipo de escapadas, orientadas a industrias nicho, se retroalimentan entre ellas; es el caso de los viajes con fines culturales, que el año pasado se materializaron en 13 millones de personas. “Los que disfrutan del turismo cultural y de bienestar son el mismo perfil de viajeros, el individuo que se cuida también da mucha importancia al ámbito cultural. Es todo un conjunto: cuidar el cuerpo, la mente y el alma”, apostilló el director de desarrollo de negocio de Natura Bissé, Joaquín Serra, para quien el silencio y la calma que proporciona la visita a pinacotecas es un gran valor añadido.
En este sentido, el estilo de vida y el patrimonio cultural se postulan como los valores diferenciales de España, a los que el director gerente del Museo Thyssen, Evelio Acevedo, añadió uno más: la calidad humana. “El cariño con el que hacemos todo, siempre pensando en cómo lo va a disfrutar el otro, y la flexibilidad para adaptarnos a las demandas de cada persona”, justificó.