Santander amortiza ‘cocos’ y abre la puerta a repetir la jugada en junio
Sorprendió al mercado al no recomprar por primera vez una colocación
En febrero Santander revolucionó el mercado de bonos contingentes convertibles (cocos, en la jerga) al decidir no amortizar los 1.500 millones de euros que vendió en marzo en 2014. Dos meses después todas las miradas estaban puestas en la emisión gemela de 1.500 millones de dólares (1.326 millones de euros) que efectuó en mayo de 2014 y que puede recomprarse a partir del quinto año desde su emisión. La entidad disponía hasta el 19 de abril para comunicar si cancelaba o no la emisión, pero ayer, tres días antes de que venciera el plazo, Santander informó a la CNMV de la amortización anticipada voluntaria. El 20 de mayo el banco abonará a los inversores el importe nominal de cada participación y la remuneración asociada a cada una de ellas.
Aunque ambas emisiones se ejecutaron el mismo año las diferencias que existen son significativas y esto ha marcado la divergencia de decisiones en menos de dos meses.
La primera de ellas apunta directamente al coste. “Si Santander hubiese emitido en euros el pasado febrero, la entidad habría pagado un interés del 6,5%. Esto hubiera implicado abonar anualmente 100 puntos básicos adicionales pues el cupón reseteado en marzo del coco que no canceló se situó en el 5,481%”, afirma Andrés Calzado, responsable de mercados de capitales para instituciones financieras de Nomura.
El escenario ahora es otro. Santander emitió el pasado febrero 1.200 millones en cocos con un cupón del 7,5%. Esta colocación paga 20 puntos básicos más que los 478,8 puntos básicos de la emisión que va a amortizar, un sobrecoste que el banco está dispuesto a asumir. “Una de las lecciones aprendidas con las resoluciones adoptadas por Santander es que la entidad está dispuesta a pagar más por recomprar las emisiones de cocos, pero siempre y cuando el precio no se dispare. Es decir, 20 puntos básicos adicionales son aceptables, pero 100 no”, remarca Calzado. A esto el experto añade el hecho de que el banco, que en febrero sentó un precedente, remarca con su decisión que no le interesa refinanciar emisiones en euros con cocos denominados en dólares porque esto genera volatilidad en la cuenta de resultados. Así, como señalan fuentes financieras, la colocación de 1.200 millones en dólares se destinará a refinanciar la recompra anunciada por el banco que preside Ana Botín ayer.
Emisión de junio
Las miradas están puestas ahora en la colocación que no recompró el pasado mes de febrero y para la que dispone de una nueva oportunidad de amortización en junio. Fuentes financieras señalan que lo más probable es que el banco opte por repetir el movimiento de ayer y anuncie su cancelación.
Los expertos no descartan que una vez que la entidad presente sus cuentas del primer trimestre y concluya el black out, el banco acuda al mercado de capitales para la venta de cocos, esta vez en euros. Una colocación que iría destinada a refinanciar la operación de recompra. Fuentes financieras creen que con el estrechamiento de los diferenciales de los últimos meses, el banco podría vender cocos con un cupón por debajo del 6%, el mismo que ofrecen los bonos contingentes convertibles que colocó BBVA en marzo, última emisión de este tipo efectuada por un banco español.
Calzado es incluso más optimista y cree que el precio que pagaría podría rondar el 5,5%. “En un momento de sequía como el de las últimas semanas, los inversores disponen de liquidez y recibirían con interés este producto ahora que las rentabilidades están congeladas. Es decir, el banco cuenta con margen para ser agresivo en cuanto a precios”, afirma. A ello se suma que los cocos denominados en euros cotizaban ayer al 99,8% del nominal, el mismo precio que marcaban ayer los títulos que el banco amortizará.
Los bonos contingentes convertibles son un tipo de deuda destinada a absorber pérdidas y que se transforman obligatoriamente en acciones cuando la ratio de capital baja del 5,125%, permitiendo mejorar las ratios sin la necesidad de emitir acciones. El BCE establece, no obstante, que solo el 1,5% de los activos de la entidad esté respaldado por este tipo de activo. A cierre del pasado ejercicio, los cocos de Santander se situaban justo en ese nivel. De esta forma, antes de amortizar cualquier emisión deberá emitir una nueva.