Gual: el dividendo de este año “podría incluso llegar al 60%” del beneficio
La entidad justifica el ERE que está negociando y que afecta a más de 2.000 empleados a la necesidad de ganar rentabilidad para "asegurar la continuidad" de la entidad
El presidente de CaixaBank, Jordi Gual, aprovechó la junta de accionistas celebrada el viernes en Valencia (sede actual de la entida desde octubre de 2017) para hacer un guiño a los accionistas de la entidad, entre los que se encuentra la Fundaciòn La Caixa, con el 40% del capital del banco. Ratificó el “compromiso” del grupo con el reparto de dividendo a los accionistas. CaixaBank pagará a partir del 15 de abril un dividendo complementario de 10 céntimos brutos por acción con cargo al beneficio de 2018.
Coincidiendo con la celebración de la junta unos 200 delegados sindicales de CaixaBank se concentraron frente al Palacio de Congresos de Valencia para mostrar su rechazo al expediente de regulación de empleo (ERE) que negocia en la actualidad con la plantilla. Las protestas de la plantilla centraron, de hecho, gran parte de las cuestiones planteadas por los accionistas, en este caso sindicatos, a los gestores del banco en el turno de intervenciones.
Con el pago del dividendo complementario, la remuneración al accionista con cargo a los resultados de 2018 habrá sido de 17 céntimos brutos por acción, lo que equivale al reparto del 51% del beneficio neto consolidado. Gual, en este sentido, dejó la puerta abierta para repartir este ejercicio un dividendo que puede aproximarse a un pay-out (parte del beneficio destinado a remunerar al accionista) del 60%. Este año el dividendo “pasará a ser un pago único en lugar de dos” y “superará el 50% del beneficio y podría incluso llegar al 60%”, destacó Gual, recordando que el nuevo plan estratégico 2019-2021 incluye el objetivo de distribuir más del 50% de las ganancias a dividendo.
El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, explicó, en respuesta a un accionista, que la política de remuneración al inversor de la entidad es “de las más ambiciosas” del sector. Y afirmó que el reparto del dividendo “en metálico es lo más representativo de la buena marcha de la sociedad” (Gortázar no mencionó a otras entidades, pero aún hay varios bancos españoles que pagan una parte del dividendo en acciones).
En su intervención Gual se mostró bastante pesimista sobre el futuro del sector, como consecuencia de los negativos tipos de interés. Reconoció que la evolución de la acción del primer trimestre de 2019 “no ha sido buena”, lo que atribuyó a la revisión a la baja de las expectativas de recuperación de los tipos de interés y “al esfuerzo anunciado en inversión y reestructuración” de la entidad, que ha presentado un ERE para ajustar la plantilla en más de 2.157 empleados, y cerrar unas 800 oficinas.
El presidente del banco explicó que en 2018 CaixaBank cerró con un beneficio cercano a los 2.000 millones de euros, pese a ello su rentabilidad “no garantiza su futuro”, en alusión a que esta es en la actualidad del 9,3%, cifra que se encuentra en el mínimo de lo que puede considerarse una banda razonable en una entidad financiera, argumentó Gortázar.
Ambos declararon que había que “pensar en el futuro”, y en el “retorno sobre la inversión”, que ahora se cubre ligeramente, y “hay que asegurar la continuidad del banco”, recalcó Jordi Gual en respuesta a los accionistas. El objetivo del banco es alcanzar una rentabilidad superior al 12% en 2021, lo que obliga a gestionar la empresa siendo “realistas” y pensando en el futuro, añadió el presiente.
En su discurso en la junta, y pese al pesimismo inicial sobre el futuro del sector en general por las incertidumbres, el banquero aseguró que aún ante las dificultades del entorno, “estoy convencido de que seguiremos mostrando la capacidad de generar resultados en un entorno de tipos bajos y que las medidas que tomemos reforzarán nuestro modelo de negocio y la capacidad de generar valor de manera sostenida”, tanto durante los años del nuevo plan estratégico como “más a largo plazo”.
A pesar de una evolución “menos favorable” en el primer trimestre de 2019, de los bajos tipos de interés, de la “incertidumbre” que provocan las tensiones comerciales con EEUU o el Brexit, y del ERE planteado, Gual se mostró convencido de que la entidad saldrá “reforzada” con las medidas que está tomando dentro de su nuevo plan estratégico, aunque reconoció que “tienen un coste a corto plazo”, en relación al ajuste que está llevando a cabo la entidad.
El banquero explicó que en España todavía quedan retos pendientes, como reducir los niveles de deuda pública, retomar el camino de las reformas para mejorar la competitividad y “sentar las bases para un crecimiento más inclusivo, que no deje a nadie al margen”.
Se refirió asimismo a la política monetaria de la zona euro, en un momento en el que el Banco Central Europeo (BCE) empieza a replantearse la idoneidad de mantener la política de tipos negativos. “Esta sería una decisión positiva y alentadora, ya que la situación que provocó esta política, cuando se temía una posible deflación, ya ha quedado superada”, advirtió.
En su discurso ante los accionistas, Gual también reivindicó el “modelo de banca socialmente responsable” de CaixaBank.
“Tanto los clientes como el conjunto de la sociedad esperan de las grandes empresas alguna cosa más que sólo un buen producto o servicio: esperan que las empresas se impliquen en el progreso de la sociedad, una mayor responsabilidad social”, ha destacado Gual, que ha añadido: “hacer banca socialmente responsable está en nuestro ADN y forma parte de nuestra misión”.
El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, por su parte, reflexionó sobre la mala imagen de la banca. Cree que “el déficit reputacional” del sector financiero constituye “un grave problema”, aunque “supone una oportunidad para poner en valor el modelo diferencial que distingue a CaixaBank”.
“No concebimos la actividad financiera sin un fuerte compromiso de la sociedad”, ha afirmado Gortázar durante la junta general de accionista de CaixaBank, que se celebra en Valencia, donde ha reivindicado los valores diferenciales de su entidad, que son, ha dicho, “la calidad, la confianza
y el compromiso social”.
La junta de accionistas, que por segundo año se ha celebrado en Valencia, ciudad a la que CaixaBank trasladó hace un año y medio su sede social, ha aprobado las cuentas de 2018 y la gestión de la dirección, así como la política de retribuciones y la reelección como consejeros de Gortázar, Amparo Moraleda, John S. Reed y María Teresa Bassons, y el nombramiento
como nuevos miembros del consejo de Marcelino Armenter (que acaba de ser nombrado consejero delegado de Criteria, que controla el 40% del capital de CaixaBank) y Cristina Garmendia.
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Los sindicatos y el expediente de empleo, protagonistas de la junta
Los sindicatos de CaixaBank han trasladado sus protestas contra el ERE a la junta que el banco ha celebrado hoy. Aunque en sus intervenciones iniciales Gual y el consejero delegado, Gonzalo Gortázar, han evitado referirse explícitamente al ERE, los portavoces sindicales han tomado la palabra en la junta para mostrar su repulsa a los despidos y los traslados forzosos y criticar duramente la gestión de la dirección. La responsable de Comunicación de CCOO en CaixaBank, Ruth Bolaños, ha recordado que la entidad ganó 1.985 millones de euros en 2018, un resultado que "debería haber sido objeto de celebración y recompensa para toda la plantilla", pese a que la respuesta de la dirección, ha dicho, ha sido poner sobre la mesa 2.157 despidos. El presidente del Sindicato de Empleados de CaixaBank (SECB), Pedro Manuel Villafañe, ha considerado "inaceptable" que el banco planee acometer despidos cuando la plantilla ha hecho posible la consecución de unos beneficios sin precedentes en 2017 y 2018. En esta línea, el secretario general adjunto de la Federació d'Estalvi de Catalunya (FEC), Francesc Sabater, ha criticado la "discrepancia" del discurso de la dirección de CaixaBank, que en la mesa de negociación plantea una situación "totalmente catastrofista" de la entidad y ante los accionistas e inversores dibuja un panorama "esplendoroso". "¿Cuál es la verdad?", ha preguntado Sabater, que ha opinado que Gual "ha roto la paz y la confianza" en el banco y que, o corrige esta situación, o "debería irse". El sindicalista también ha rechazado la reelección de Gortázar como consejero delegado y ha criticado los 'bonus' que cobrará la alta dirección. En respuesta a estas reprobaciones, Gual explicó que el sector bancario se enfrenta a un escenario marcado por la transformación tecnológica, una "enorme presión competitiva", tipos bajos y un cambio de hábitos de la clientela, lo que obliga a las entidades a "reaccionar ante los retos actuales y futuros". "Es obligación de este consejo velar para que la rentabilidad se mantenga en el futuro para asegurar la continuidad del banco, su adecuada capitalización y el empleo y la generación de renta y riqueza en años futuros. Es preciso anticiparse", ha subrayado Gual. Gortázar ha felicitado a la plantilla por los resultados alcanzados en los últimos años, pero ha incidido en que el objetivo de la entidad es alcanzar una rentabilidad superior al 12 % de aquí a 2021, lo que obliga a gestionar la empresa siendo "realistas" y pensando en el futuro. "La situación en que se encuentra el sector es difícil y tenemos que transformar el negocio para adaptarlo a los nuevos tiempos", ha comentado el primer ejecutivo de CaixaBank, quien ha reiterado su voluntad de "llevar a buen puerto la negociación" con los sindicatos para alcanzar un acuerdo sobre el ERE. Gual ha salido también al paso de la críticas a Gortázar, que ha considerado "injustas e infundadas", ya que en los últimos años el directivo ha mostrado su "entrega total y dedicación" al banco y tiene, ha dicho, "el talento necesario" para afrontar esta nueva etapa, que exige "una enorme capacidad de diálogo". "Ha demostrado con creces que es capaz de llevar a cabo este reto y cuenta con el apoyo de este consejo y de la gran mayoría de accionistas", ha remarcado Gual, que ha añadido que sería "irresponsable" no acometer al principio del nuevo plan estratégico 2019-2021 los cambios necesarios para conseguir el objetivo de la rentabilidad del 12 % en 2021. Respecto a las críticas a la remuneración y el cobro de bonus por parte del consejero delegado y de la alta dirección, el presidente de CaixaBank ha asegurado que la retribución es "adecuada y moderada" y "absolutamente apropiada", teniendo en cuenta el tamaño de la entidad y en comparación con otros bancos del Ibex.