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Amazon deja de vender sus Dash Buttons, ya no tienen sentido

Las alternativas para pedir productos y una decisión judicial en Alemania fuerzan su retirada

Dash Button

La compañía de Jeff Bezos ha sido y es pionera en su forma de ver el negocio online y el retail. Ambos están ligados en muchos aspectos, y conectar la compra física con la virtual siempre ha sido una obsesión de Amazon. Por eso lanzaron en su momento los botones Dash, un botón físico con el que hacíamos pedidos de un producto que solíamos pedir de manera recurrente. Pues bien, ahora la tienda ha decidido acabar con estos botones, por una razón muy sencilla, ya no tienen sentido existiendo otras alternativas para pedirlos cómodamente desde casa. Vamos a conocer con detalle el porqué de esta decisión de Amazon.

No tiene sentido su uso habiendo otras alternativas

Este es básicamente el resumen de las razones de Amazon detrás de esta decisión de retirar los botones Dash, conocidos como Dash Buttons. Estos botones fueron lanzados hace ya cuatro años, lo que en tecnología puede considerarse como una auténtica eternidad. Y es precisamente gracias a la llegada de nuevas tecnologías y formas de comunicarse con la tienda como Amazon ha decidido prescindir de estos clásicos botones físicos.

Los Dash Button de Amazon permitían pedir automáticamente determinados productos pulsando su botón
Los Dash Button de Amazon permitían pedir automáticamente determinados productos pulsando su botón

De hecho una de las razones ha sido la llegada de los altavoces Echo, equipados con el asistente de voz Alexa, que permite hacer los pedidos sin tocar ningún dispositivo, solo con la ayuda de nuestra voz. Además de las formas alternativas de comprar los productos, en el terreno legal estos botones recibieron un varapalo en Alemania, donde han sido declarados ilegales por un juzgado de aquel país. Se basan en que pulsando este botón físico, los clientes no saben el precio al que están comprando los productos.

Y es que la verdad que pulsando el botón compramos a ciegas, porque desde la última vez que hayamos hecho el pedido de ese producto favorito este ha podido variar de precio sustancialmente, y no saberlo. Por tanto es otro de los puntos en contra de estos botones físicos, por los que en su momento ha habido que pagar unos cinco euros, que se reembolsaban al realizar la primera compra con ellos. Es evidente que hay muchas alternativas para seguir pidiendo los productos de manera automática, y por tanto el final de estos botones no debería ser un drama para casi nadie.

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