Oracle Ibérica tiene abiertos a inspección los impuestos de los tres últimos años
La filial, que elevó su beneficio un 101% y sus ingresos un 4,7%, recibió actas fiscales por las que registró un pasivo de 8,1 millones
Oracle Ibérica tiene abiertos a inspección sus tres últimos ejercicios (2016 a 2018) para todos los impuestos que le son aplicables, según consta en las cuentas anuales que acaba de remitir al Registro Mercantil, correspondientes a su último año fiscal, concluido el 31 de mayo pasado. La compañía de software añade que ha sido inspeccionada por el impuesto de sociedades de los ejercicios 2012 al 2015, y precisa que, como resultado de esa inspección, con posterioridad al cierre y previo a la formulación de cuentas, se recibieron actas por las que la empresa registró un pasivo por importe de 8,1 millones de euros y una provisión para cubrir los intereses de demora por importe de 1,2 millones.
“Asociado a este impacto, se ha registrado un ingreso en aplicación de lo establecido en los acuerdos intercompañía establecidos por el grupo para regularizar el impacto de dicha acta fiscal de los ejercicios 2012 al 2015”, detalla la empresa, que considera que “ganará todos los recursos interpuestos, o pendientes de interponer, por dichas actas de inspección”. Y en caso de no ganarlos, añade, “los importes desembolsados serán recuperados de acuerdo a los contratos firmados con su sociedad matriz vigentes”.
Con respecto a sus operaciones, Oracle Ibérica registró una cifra de negocios en el ejercicio 2018 de 212 millones de euros, un 4,72% más que en el año anterior. En el informe, la empresa indica que el resultado de explotación subió un 803% hasta 21,61 millones. La firma estadounidense justifica este crecimiento principalmente a los reembolsos, aflorados según los acuerdos intercompañía de la sociedad. La empresa indica que durante el ejercicio 2018 siguió en vigor el acuerdo suscrito por la sociedad para operar como comisionista de la sociedad Oracle EMEA Ltd.
En términos netos, el beneficio de Oracle Ibérica subió un 101% hasta 10,21 millones de euros.
En el informe, la compañía, dirigida en España por Leopoldo Boado, explica que en julio de 2018 inició un proceso de reducción de personal para adecuar la plantilla a la carga de trabajo estimada. La compañía decidió deslocalizar alguna actividad de soporte a terceros países como Rumanía e India.