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La Mutualidad analizará los retos del envejecimiento social y del sector

La Fundación ha creado una Escuela de Pensamiento para indagar en las nuevas demandas de la sociedad

José Miguel Rodríguez-Pardo, presidente de la Escuela de Pensamiento, Enrique Sanz Fernandez-Lomana, presidente de la Mutualidad de la Abogacía y su Fundación y Fernando Ariza, coordinador de la Escuela.
José Miguel Rodríguez-Pardo, presidente de la Escuela de Pensamiento, Enrique Sanz Fernandez-Lomana, presidente de la Mutualidad de la Abogacía y su Fundación y Fernando Ariza, coordinador de la Escuela.Mutualidad de la Abogacía

La Mutualidad de la Abogacía ha presentado la Escuela de Pensamiento de su Fundación para indagar en las cuestiones de fondo de la economía del envejecimiento y las nuevas vías de negocio a abordar para el futuro de la ciudadanía y de los abogados.

El presidente de la Mutualidad de la Abogacía y su Fundación, Enrique Sanz Fernandez-Lomana, manifestó en la presentación que con este proyecto “la Mutualidad busca crear un espacio de reflexión independiente e intergeneracional para abordar uno de los principales retos del siglo XXI: la economía para el envejecimiento”.

Para evidenciar la importancia de estudiar las nuevas tendencias, José Miguel Rodríguez-Pardo, presidente de la Escuela de Pensamiento aseguró que la longevidad es el mayor logro social “y no es un problema”. No obstante, contar con una población cada vez más envejecida obliga a que las aseguradoras analicen de cerca un nuevo cambio de paradigma: “En 2060, según Eurostat, habrá un pensionista por cada persona en edad de trabajar. Y además, un tercio de la población europea tendrá más de 65 años en 2060”, explicó Pardo. Por esto, desde las aseguradoras surge la necesidad de hacer que la ciudadanía, y en concreto los abogados, lleguen a la jubilación con mayor calidad de vida.

Desafío para la Abogacía

Para Fernando Ariza, coordinador de la Escuela de Pensamiento, lo más interesante es que en este nuevo paradigma de la economía del envejecimiento “el abogado y el jurista tiene mucho que decir en todo el entorno, y el abogado es el campo de prueba”.

Además, advierte de que la Abogacía está cambiando, ya que lo que hasta hace poco era normal, como que el abogado cree su despacho y ejerza la profesión por cuenta propia, ahora la tendencia es a hacerlo por cuenta ajena, y “este es uno de los desafíos que tenemos la Abogacía y la Mutualidad y es un abordaje que tenemos que enfocar diferente, porque serán dependientes laborales”, reconoce.

Ariza confiesa que uno de los principales estudios que se van a plantear en la Escuela es abordar la casuística específica del abogado, “porque no hay otra profesión de la que se puedan sacar tantas conclusiones, ya que suelen seguir ejerciendo después de los 65 años”, explica. Además, asegura que también van a estudiar cómo se comporta un abogado joven frente al ahorro, y qué impulsos les llevan a ahorrar para entender mucho mejor el futuro del sector. “Las entidades aseguradoras tenemos que abordar esto desde otra perspectiva, diferente a la de la edad de jubilación”, explica.

Dos proyectos en ejecución

Uno de los primeros trabajos que la Escuela ha puesto en marcha es el estudio sobre el “Comportamiento del consumidor y la determinación de los estímulos del ahorro para los jóvenes”, en colaboración con la Universidad de Valencia.

Y el segundo estudio, con Asociación Española de Gerencia de Riesgos y Seguros (AGERS), es una investigación sobre “El envejecimiento en la empresa, nueva medida del mapa de riesgo empresarial”. Con este trabajo pretenden medir los cambios que deben afrontar las empresas ante el nuevo escenario de la longevidad más allá de la cuarta edad.

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