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Coyuntura

China echa el freno al crecimiento: un 6,6% en 2018, peor dato desde 1990

La demanda interna se desacelera entre la guerra comercial y el exceso de endeudamiento

Imagen de una fábrica en Hainan.
Imagen de una fábrica en Hainan.AFP

China ha terminado 2018 con un crecimiento del 6,6%, que si bien es el peor dato desde 1990 está una décima por encima del objetivo oficial del 6,5%. La guerra comercial, un empeoramiento de las expectativas en los últimos meses del año y el esfuerzo oficial por recortar los niveles de deuda, que ha lastrado la inversión, han deparado este enfriamiento de la segunda economía del mundo.

En el dato trimestral, el crecimiento se ha seguido frenando, hasta un 6,4% debido a la desaceleración del consumo. De hecho, 2018 es el primer año desde los 90 en los que la venta de coches ha bajado. De hecho, una de las preocupaciones de los inversores es el pulso del consumidor, ya que la economía china depende menos de exportaciones baratas y más de consumo interno. Así, los analistas consideran que los esfuerzos oficiales por estimular la economía pueden dar resultado en los próximos meses.

El director de la oficina de estadísticas china, Ning Jizhe, aseguró que la desaceleración de 0,2 puntos porcentuales con respecto a 2017 era algo "esperado" debido al "complejo entorno doméstico e internacional".

Preguntado acerca del impacto de la guerra comercial con Estados Unidos, el director de la ONE reconoció que ha afectado a la economía china, especialmente en el último trimestre: "la disputa está dañando a ambas economías (...) pero conseguimos mantener estable nuestra operativa y hacer progresos".

El frenazo económico de China tiene impacto global: en los últimos años una tercera parte del crecimiento mundial se ha generado en este país, y de China dependen los resultados de empresas desde el sector de las materias primas hasta el fabricante de los iPhone. 

Los datos de ventas minoristas y producción industrial en el mes de diciembre, publicados hoy, han indicado dos repuntes no previstos por los analistas, una señal de estabilidad que ha sido bien recibida en los mercados financieros. En la composición del crecimiento del último trimestre, además, se notan algunos efectos de los planes de estímulo del Gobierno, como la actividad de construcción.

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