Cs y PP pactarán el organigrama del Gobierno tras constituirse el Parlamento andaluz
Los dos partidos despejan el camino para llegar a un acuerdo de gobierno y de reparto de las consejerías
Ciudadanos y PP han pospuesto las negociaciones sobre el organigrama del Gobierno andaluz para después del 27 de diciembre, que es cuando se constituye el Parlamento, poniendo así todo el esfuerzo estos días que quedan en pactar la composición de la Cámara.
Una vez alcanzado ayer un acuerdo sobre el programa al salvarse "escollos" importantes en materia de regeneración democrática y lucha contra la corrupción, que exigía Cs, los dos partidos despejan el camino para llegar a un acuerdo de gobierno y de reparto de las consejerías.
Acuerdo cuya negociación se deja aparcada hasta que se constituya el Parlamento andaluz, han asegurado a EFE fuentes de la dirección del partido naranja, para centrarse ahora en negociar el reparto de los puestos de la Mesa de esta Cámara.
No contemplan, por tanto, llegar a un acuerdo global antes del viernes, como les exige el PP, aunque ya éste parece dispuesto a contemplar otros plazos más flexibles.
Del papel que puede estar teniendo Vox en este encaje de bolillos para lograr el relevo de Susana Díaz, Cs se quejó al PP del encuentro que tuvieron el candidato popular andaluz, Juan Manuel Moreno, y el de Vox en Andalucía, Francisco Serrano, un encuentro que, según ambos, solo tenía la finalidad de conocerse y en ningún caso había voluntad negociadora.
Por eso en la reunión del pasado lunes, Cs preguntó al PP si seguía defendiendo que "no hay negociaciones paralelas a esta mesa" y éste les aseguró que mantenían vigente este compromiso y que no está negociando con Vox.
Sin embargo, las afirmaciones del presidente de este partido de ultraderecha, Santiago Abascal, echan por tierra este compromiso porque esta semana aseguró que empezaban ya a hablar con los populares andaluces para abordar la composición de la Mesa del Parlamento, donde quieren un puesto, y la investidura.
Porque aunque los de Vox se han descartado para entrar en la Junta no tienen ninguna duda en que sus doce escaños tienen un precio, ya que son indispensables para que el PP y Ciudadanos puedan forzar el cambio de gobierno una vez que los socialistas han dejado claro que no facilitará el cambio de Díaz con su abstención y para mantener la estabilidad de la legislatura.
Son votos también imprescindibles para que PP y Cs tengan el control del órgano de gobierno del Parlamento y se puedan asegurar su Presidencia.
Las mismas fuentes han subrayado que Cs no ha tenido ningún contacto con la formación de Santiago Abascal y que ni ellos les han llamado ni tampoco lo ha hecho Vox.
Y con quien tampoco está hablando Cs es con el PSOE, aunque son conscientes de que el tiempo apremia para acordar la Mesa y tendrán que abordar el tema con los socialistas estos días.
Lo óptimo, han señalado a EFE, sería que se sentaran los tres (PP, PSOE y Cs) a hacerlo, pero no ven a socialistas y populares muy por la labor, por lo que tienen claro que ellos podrían asumir este papel de puente como han hecho en otras ocasiones.
Con la mira puesta en la composición de la Mesa de la Cámara andaluza, los equipos negociadores tutelados por las direcciones de ambas fuerzas se tomarán un justito respiro navideño para poder llegar con los deberes hechos el 27.
Y lo que se escenifique ese día, dará todas las pistas sobre el reparto del Ejecutivo, que sería el primer gobierno autonómico en el que entraría Cs.
El partido naranja insiste en que no han tirado la toalla en cuanto a sus aspiraciones de que sea Juan Marín quien presida el Gobierno andaluz, pero todo apunta a que el acuerdo que alcance con el PP pasará sí o sí por ceder el sillón a Juanma Moreno, que pone sobre el tablero sus 26 escaños frente a los 21 de Cs.
No le vale al Partido Popular el argumentario naranja de que es la única formación de las cuatro principales que ha crecido en las elecciones andaluzas y que además no tiene lastres de corrupción.
Por tanto, la pirueta que Cs quiere hacer emulando a "Borgen", la serie danesa en la que el cargo del primer ministro lo ocupa la tercera fuerza, parece que se quedará en la ficción.