Confeccionado por el director creativo de la firma, Pierpaolo Piccioli, que se trasladó con su equipo en avión privado a A Coruña para cuidar de todos los detalles de los cuatro vestidos que le confió la novia. Nacido en Roma en 1967, se formó en los años ochenta en el Instituto Europeo di Design, donde conoció a Maria Grazia Churi, con la que formó pareja creativa desde entonces. Ambos trabajaron para Fendi hasta que, a finales de los noventa, los fichó Valentino para que se ocuparan de los accesorios. En 2008, tras la jubilación del fundador de la firma de moda, se hicieron cargo de la dirección creativa, con el fin de mantener la esencia femenina y romántica que habían sido seña de identidad de la casa. Hace dos años, Chiuri fichó por Dior, y él se quedó como diseñador estrella de la marca.De los retratos se boda se encargó uno de los grandes fotógrafos más influyentes del mundo, Peter Lindbergh, conocido por imágenes cinematográficas. Nacido en Lissa (Alemania) en 1944, se inscribió en la Academia de Bellas Artes de Berlín a principios de los años sesenta, donde nació su deseo de seguir los pasos del pintor holandés van Gogh, y se marchó a vivir un año a Arles. Más tarde se volcó en la fotografía, comenzó a trabajar para la revista alemana Stern y empezó a trabajar en la industria de la moda, donde se hizo famoso por sus retratos a las grandes modelos de los años noventa. Una fotografía suya se vende en Artnet.net a partir de 6.000 euros.Las flores, tanto del ramo de novia como de la ambientación de la ceremonia, del Real Náutico de A Coruña y el hipódromo de Casas Novas, los escenarios del evento, volaron desde Bruselas (Bélgica) de la mano de un mago de los arreglos florales, como es reconocido Thierry Boutemy. Ha trabajado en anteriores ocasiones para Inditex, de hecho se encargó de la escenografía de la flagship store de Massimo Dutti en Barcelona, y de la anterior boda de la novia. Se dio a conocer en 2006, cuando se ocupó de los arreglos florales de la película María Antonieta, de Sofía Coppola, pero también ha puesto la nota floral de los desfiles de Lanvin, Dior o Dries van Noten.Los menús fueron encargados a cuatro cocineros de renombre, a los gallegos Pepe Solla (una estrella Michelin, Pontevedra) y Javier Olleros (una estrella Michelin en O Grove, Pontevedra), al madrileño Ricardo Sanz, con cuatro estrellas Michelin en otros tantos Kabuki de cocina japonesa que tiene en España, y Albert Adrià (en la imagen), con tres estrella Michelin en Tickets, Hoja Santa y Enigma, todos ellos en Barcelona. El hermano de Ferran Adrià sirvió el pasado sábado una cena para 400 personas en Casas Novas, a base de crema de parmesano con salsa de trufa negra, guisantes y habitas a la menta, mini shitakes en escabeche oriental, tomates con gelatina de su consomé y coliflor con caviar.La tarta de un solo piso glaseado en blanco y con casi un metro de diámetro, fue obra de uno de los grandes pasteleros de los últimos años en Francia, Cédric Grolet, de 32 años. Reconocido como el mejor chef pastelero de restaurante del mundo en Nueva York, se formó con Alain Ducasse, y desde este año dirige el obrador de la pastelería del hotel Le Meurice en París.Tampoco faltaron los vinos gallegos de Valdeorras, como As Sortes, elaborado con uva godello por el enólogo Rafael Palacios, y el champán Ruinart. Entre brindis y brindis, sonó la música de Norah Jones y Chris Martin, cantante de Coldplay, que junto al DJ Mark Ronson se encargaron de la música de la fiesta.Entre los detalles que han trascendido y que algunas invitadas compartieron en las redes sociales, está el regalo que la novia dejó en las habitaciones a sus invitadas: la barra de labios de la firma francesa Bouche Rouge. El labial que cuesta unos 160 euros, es recargable y ecológico. La marca ha sido creada por Ezra Petronio y Nicolas Gerlier, con un objetivo: afianzar la primera línea de maquillaje 100% sostenible.