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Unicaja cifra en 1.028 los despidos en su ERE, el 15% de su plantilla

La entidad malagueña y WiZink abren otra oleada de despideos y reestructuración en banca La firma de tarjetas hará un ERE que afectará al 17% de la plantilla

Nueva oledada de despidos en el sector financiero coincidiendo con el último trimestre del año. En esta ocasión ha sido Unicaja la entidad que ha abierto la veda a este nuevo recorte de plantilla sectorial, aunque ahora parece que los procesos de salidas serán inferiores a los de años precedentes (se cumplen 10 años desde que se inició el primer ajuste de oficinas y plantillas en la banca española, coincidiendo con el inicio de la crisis).

Unicaja Banco planteó ayer a los sindicatos la salida del 15% de la plantilla durante los tres próximos años, lo que representa la salida de 1.028 empleados. El objetivo de la entidad que preside Manuel Azuaga es reducir costes una vez que ha integrado definitivamente la antigua Caja EspañaDuero, apuntan fuentes sindicales.

La salida de estos empleados se llevará a cabo en tres años, según apuntan las mismas fuentes, quienes recuerdan que esta es la primera vez que Unicaja aborda un expediente de regulación de empleo (ERE), ya que hasta ahora las salidas se habían producido a través de planes de prejubilación.

No ocurre lo mismo en EspañaDuero, firma en la que tras recibir ayudas públicas ha sido objeto de varios EREs. Las salidas planteadas ahora por la dirección de Unicaja coinciden casi con el número de empleados mayores de 55 años de edad que trabajan en la entidad, según apuntan fuentes sindicales. Estas mismas fuentes explican que al final las salidas se llevarán a cabo en su gran mayoría a través de prejubilaciones y salidas pactadas. De hecho, esperan que al final el número de afectados por el ajuste se reduzca ligeramente.

Unicaja ya ha puesto planes de prejubilaciones en el pasado ofreciendo la salida a partir de los 58 años, con el 73% del salario neto, que en el caso de los trabajadores de 59 años pasaba hasta el 74%, y para los de 60 años, al 75%. La entidad también ha ofrecido el traslado de unos 350 empleados, prácticamente todos procedentes de EspañaDuero. Unicaja opera principalmente en Andalucía, Castilla y León, Extremadura, Madrid y Castilla La Mancha.

También ayer el banco especializado en tarjetas de crédito y soluciones de ahorro Wizink anunció que planea una reorganización de su estructura, para “centrarse en el cliente” y reducir algunas duplicidades, que podría afectar a unos 210 empleados, un 17% de la plantilla. El banco explica que en los próximos días iniciará conversaciones “formales” con los representantes de los trabajadores, con el objetivo de “alcanzar la mejor solución para ambas partes”.

Según WiZink, la nueva estructura responde a factores organizativos, con el fin de poner el foco en el cliente y reducir duplicidades en distintas áreas, así como de reflejar la automatización y digitalización de “ciertos procesos” y cumplir criterios regulatorios.

Wizink, el antiguo negocio de tarjetas de Banco Popular, fue vendido al fondo de capital riesgo Varde Partners en marzo de este año por Banco Santander, que compró Popular ocho meses antes, después de que la entidad fuera intervenida por las autoridades europeas el 7 de junio de 2017. De esta forma, Varde Partners compró a Santander el 49% de WiZink, en el que controlaba el otro 51%.

A estas dos entidades que ayer anunciaron los ajustes que tienen pensado realizar, le seguirá, pero ya a partir de marzo, Santander España. El gigante español tiene previsto realizar un ajuste de unos 3.000 empleos, como mínimo, una vez que se produzca la fusión de las redes de Santander y Popular.

Una vez que se lleve a cabo este ajuste, que supondrá también el cierre de oficinas, la reestructuración del sector será mucho menor ya, salvo que se vuelvan a producir nuevas fusiones, algo que los supervisores europeos, incluidos el Banco de España no descartan.

Otras entidades de menor tamaño podrían abordar también ajustes aprovechando su digitalización.

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