DBRS mantiene la nota a Cataluña en BB, hundida dos niveles en el bono basura
S&P y DBRS confían en la fortaleza económica española, pese a la inestabilidad política
La inestabilidad del Gobierno de Pedro Sánchez, que esta semana se ha intensificado ante la posibilidad de perder el apoyo de los independentistas catalanes en el Congreso, no ha tenido impacto por ahora en las calificaciones de las agencias sobre la deuda española. En las últimas semanas, se han conocido las notas de S&P y DBRS, que mantienen el notable y el sobresaliente, respectivamente. Este viernes fue el turno de Moody's.
Paralelamente, DBRS ha mantenido inalterada la nota de Cataluña en BB, dos escalones por debajo del grado de inversión, con perspectiva estable. La agencia canadiense considera que la lenta mejora de su situación fiscal y la asistencia del Estado español a través del FLA justifican no bajar el rating, pese a reconocer un debilitamiento de la situación económica por la situación política.
En cuanto a España, S&P y DBRS sustentan sus decisiones en la fortaleza del crecimiento económico en España, cuya cifra mantienen en línea con las perspectivas del Gobierno, que espera un alza del 2,7% del PIB este año. DBRS, que anunció la semana pasada que mantiene la nota en A con perspectiva estable, prevé un crecimiento del PIB del 2,6% para 2018, apoyado en la demanda interna y pese a los riesgos que advierte desde la externa.
Por su parte, S&P, que mantiene la calificación A- con perspectiva estable, calcula que el PIB crecerá un 2,8%, una cifra que irá moderándose en los próximos ejercicios. No obstante, ambas agencias son conscientes de la debilidad del Ejecutivo de Sánchez y de las dificultades que encontrará para sacar adelante sus reformas políticas. La inestabilidad de Cataluña tampoco pasa desapercibida y mientras que DBRS considera que se ha reducido en el último año, fundamentalmente tras la moción de censura que aupó a Sánchez a la presidencia del Gobierno, S&P cree que estas tensiones independentistas seguirán presentes por el momento.
A principios de año, S&P y Fitch elevaron el rating de España a A-, siendo A el umbral en el que se mueven los emisores más solventes. Moody's también lo subió un escalón, hasta Baa1.