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Tribuna
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La cruda realidad del precio del carburante

El litro de gasolina en España antes de impuestos es el tercero más caro de toda Europa: 63,5 céntimos

CINCO DÍAS

El carburante ha superado su precio máximo desde hace cuatro años. Sin embargo, España es el país con los precios más bajos de Europa. Todos nos alegramos de que sea así, pero hay que tener en cuenta varios factores que no se han contado y que los telediarios han omitido por causas curiosas. Esta es la cruda realidad del precio del carburante en España.

Según los datos del geoportal de gasolineras del Ministerio de Industria, el litro de gasolina en España antes de impuestos es el tercero más caro de toda Europa, el litro cuesta 63,5 céntimos. Y con el diésel, somos el cuarto país que más paga con un coste de 64,7 céntimos por litro. La media de la eurozona en el mes agosto se sitúa en los 61,8 céntimos por litro, es decir, 2,9 más y en la gasolina baja hasta los 60 céntimos. 

Esto quiere decir que, sin impuestos, el carburante en España es mucho más caro que en el resto de Europa. La trampa es que, a la hora de aplicar los impuestos, la carga impositiva es menor en nuestro país que en el resto de Estados de la Unión Europea. Ahora bien, ¿qué pasaría si conseguimos que España bajase el precio del litro? Las familias españolas ganarían en poder adquisitivo. ¿Por qué no se hace? Pregúntenselo a las tradicionales. 

La cuestión es que, entre el anuncio de la subida de impuestos al diésel y la falta de competencia en nuestro país en este sector, no se consigue que disminuya el precio del litro. Y los únicos empresarios que están dispuestos a luchar, por hacer que los españoles ahorren y dediquen, este ahorro a otras partidas del presupuesto familiar, se les ponen trabas y zancadillas para que no lo consigan. 

Estas emprendedores son los empresarios de las estaciones de servicio automáticas. Un tipo de gasolineras que, de media, bajan el precio unos 10-15 céntimos el litro en la zona en la que se encuentran. El problema son los ataques, sin fundamento, de las tradicionales, que ven a las automáticas como “intrusos” que les quitan cuota de mercado y que les reducen los píngues beneficios a que están habituados desde hace bastantes décadas. 

Ante esta situación, Comunidades Autónomas como Castilla La Mancha intentan poner barreras para que no puedan operar. Como, por ejemplo, exigiéndoles tener baños a todas las gasolineras y una persona que atienda dichos servicios. Esto claramente es un ardid para limitar la competencia e ir a favor de las tradicionales. De esta manera no se conseguirá que el precio del litro de carburante baje en España. 

El oligopolio, que lleva en España instaurado desde los inicios de las estaciones de servicio, no quiere que el precio baje para no disminuir sus pingües beneficios. Y que la noticia sea que España tiene el menor precio de gasolina después de impuestos maquilla la realidad que se vive en España: uno de los países con los precios de carburantes más caros de la Unión Europea.

Manuel Jiménez Perona es presidente de la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas (AESAE). 

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