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Alta tensión en Navantia por el parón español en la venta de armas a Arabia Saudí

La plantilla teme el riesgo de suspensión del encargo de cinco corbetas por 1.800 millones PSOE y PP se enzarzan por la decisión del Ministerio de Defensa

Barco de uso militar fabricado por la española Navantia.
Barco de uso militar fabricado por la española Navantia.
Javier Fernández Magariño

Solo dos meses después del optimismo generado por la firma del mayor pedido internacional a los astilleros públicos de Navantia, las cinco corbetas encargadas por Arabia Saudí por un valor de 1.800 millones, la empresa vuelve a tener tormenta a la vista. La cancelación de un importante acuerdo de suministro de armas del Ejército de Tierra al reino árabe, por parte del Gobierno español, hace que la plantilla y partidos como el PP esperen represalias desde Riad que bien podrían afectar a los intereses de la citada Navantia.

Los trabajadores en la Bahía de Cádiz han escenificado el nerviosismo reinante a pie de puerto. De igual modo que Arabia se queda sin 400 bombas de precisión láser adquiridas a España, que podrían a ser utilizadas en la guerra de Yemen, representantes de los trabajadores de Navantia apuntan la posibilidad de que la marina saudí cancele unilateralmente un pedido de barcos en el que la empresa naval española, con el apoyo del Gobierno y la Casa Real, llevaba más de tres años trabajando.

Las cinco corbetas se han convertido en un balón de oxígeno para un grupo que lleva años sufriendo la crisis de los astilleros en España. El contrato con Arabia ofrece carga de trabajo para 6.000 trabajadores (1.100 empleos directos, más 1.800 en la industria auxiliar y otros 3.000 puestos indirectos) principalmente en el astillero gaditano de San Fernando hasta 2022. La incertidumbre generada por la decisión de Defensa ha motivado la amenaza de movilizaciones por parte de los trabajadores y, al mismo tiempo, ha empezado a generar batalla política.

El presidente del PP de Cádiz, Antonio Sanz, ha exigido al Gobierno de Pedro Sánchez garantías de que el contrato no está en peligro. A través de un comunicado este senador andaluz reclama al Ejecutivo seriedad y que abandone “la demagogia del populismo en el que parece estar obsesionado para contentar a Podemos”. Sanz destaca el “nerviosismo ocasionado en Navantia y añadió que la “decisión de romper el contrato armamentístico con Arabia Saudí es, cuanto menos, arriesgada y peligrosa”.

Desde las filas socialistas ha sido Araceli Maese, secretaria de Organización del PSOE en Cádiz y parlamentaria andaluza, la encargada de responder. En rueda de prensa ha hecho un “llamamiento a la calma” sobre los contratos supuestamente en juego, pese a reconocer la “incertidumbre” reinante entre la plantilla de los astilleros. También ha criticado al PP por “dedicarse a crear alarmismo”, según recogió Europa Press. “Los contratos van por dos ministerios diferentes, ya que el de las corbetas depende del Ministerio de Hacienda y el de las bombas lo rescinde el Ministerio de Defensa por una mala gestión del anterior ministro. No hay por qué vincular un contrato con otro”, afirmó.

Lo que se da por descontado, tanto en los astilleros como en círculos políticos gaditanos, es que el Gobierno de Pedro Sánchez no cancelará el suministro de las cinco embarcaciones pese a estar enfocadas al uso militar.

Tres polos afectados

Siete millones de horas de trabajo. El pedido del Gobierno de Arabia Saudí, a ejecutar hasta 2022, ofrece actividad especialmente al sector naval en la Bahía de Cádiz, pero también en la Ría de Ferrol y Cartagena.

‘Joint venture’ con la marina saudí. Además del pedido de 1.800 millones, Navantia tiene un acuerdo de negocio compartido con la empresa estatal saudí SAMI, por el que la española pretende introducir en Arabia y su área de influencia sus sistemas integrados y soluciones tecnológicas.

Revisión. Defensa desveló el 16 de agosto que iba a revisar la venta de armas en trámite que pudieran implicar la utilización directa contra población civil.

Sobre la firma

Javier Fernández Magariño
Es redactor de infraestructuras, construcción y transportes en Cinco Días, donde escribe desde junio de 2000. Ha pasado por las secciones de Especiales, Cinco Sentidos, 5D y Compañías siguiendo la información de diversos sectores empresariales. Antes fue locutor de informativos en la Cadena Cope, además de colaborar en distintos medios de Madrid.

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