Pamplona y tres inversores más pujan por Iberconsa, el competidor de Pescanova
Blackstone y Pescanova valoraron presentar oferta, pero decidieron no hacerlo Portobello recibe propuestas hasta esta semana
La venta de Iberconsa encara la fase decisiva. Sus accionistas, capitaneados por el fondo de capital riesgo Portobello, escucharán hasta esta semana ofertas por el principal competidor de Pescanova en el mercado del pescado congelado. Fuentes financieras indican que hasta seis inversores han presentado ofertas en esta fase preliminar, a expensas de que aparezca un tapado de última hora.
Uno de ellos es Pamplona Capital. Como publicó CincoDías el pasado 4 de junio, el private equity mostró desde las fases preliminares del proceso interés por la empresa de congelados. Finalmente este vehículo ha sido el fondo que ha tomado la delantera, después de que muchos de sus competidores valorasen presentar una oferta y finalmente decidieron no hacerlo.
El más próximo a ello fue el gigante estadounidense del capital riesgo, Blackstone (que acaba de hacerse con la socimi Hispania y la empresa del juego Cirsa). También lo miraron, aunque se quedaron en una fase más preliminar, Ardian, CVC y Cinven.
Otro nombre de relevancia que se interesó por Iberconsa fue precisamente su gran competidor, Pescanova, indican fuentes financieras. Pero el grupo gallego declinó ir más allá, debido a su actual composición accionarial. La banca acreedora transfirió los activos de Pescanova a esta nueva sociedad, que controla, después de que entrase en concurso de acreedores en 2013. Ahora se aproxima el momento de salida de los bancos y una oportunidad para el futuro comprador de Iberconsa para fusionar ambos grupos.
Pescanova no se decidió, pero sí lo han hecho dos inversores industriales. Y también un fondo internacional especializado en el segmento de la alimentación.
Portobello adquirió el 55% de Iberconsa en 2015 a las familias fundadoras, que retuvieron la participación restante. Contrató la pasada primavera al banco de inversión Nomura y a EY para sondear la venta de su participada. Su pretensión es embolsarse al menos 300 millones, lo que valoraría la compañía en unos 600 (10 veces el ebitda de 2017). En caso contrario, fuentes del mercado indican que no tendría problema en mantener la inversión y esperar para su venta a un momento más propicio.
Nomura dejó listo el libro de venta en junio y espera cerrar el proceso en septiembre, a la vuelta del retiro agostil.