Alejandro Bataller: “El concepto de spa debería regularse de alguna forma”
Es el vicepresidente de Sha Wellness Clinic En el centro combinan las terapias naturales con la medicina científica
Durante cerca de 30 años, el empresario y promotor argentino Alfredo Bataller, afincado en España, vivió con problemas de salud. Tras probarlo todo, acudió a un experto en nutrición y en pocas semanas, después de cambiar varios hábitos cotidianos, empezó a sentirse mucho mejor. Ese fue el germen de lo que hoy es Sha Wellness Clinic, un concepto de hotel y clínica de salud levantado en la costa alicantina, próxima a Altea.
El hijo del fundador, Alejandro Bataller (San Juan, Argentina, 1982), es el vicepresidente de la empresa. “Cuando mi padre empezó ese tratamiento, al principio éramos un poco escépticos, pero viendo los resultados conseguidos, empezamos a darle importancia a la nutrición y al estilo de vida y a mirarlos con otros ojos”. Al poco tiempo decidieron exportar la idea en forma de negocio, fundando la clínica en 2008.
Arrancaron con 70 empleados, fusionando las terapias naturales con las químicas y científicas. No fue fácil conectar con el público: “Al principio no tenían claro si éramos una clínica de salud o un spa. De hecho, la primera semana de apertura solo tuvimos a un cliente, de apellido Valiente”. Desde entonces, el salto ha sido más que positivo. La empresa cuenta con más de 300 profesionales, entre médicos, terapeutas, nutricionistas o entrenadores, y con una ocupación media del 80%. Ofrece cerca de 300 programas y tratamientos y tiene el objetivo de “convertirse en un referente mundial de la salud y el bienestar”.
Alejandro Bataller ha asumido en sus carnes los preceptos de la marca. “La imagen del alto directivo ha cambiado en los últimos años y es opuesta a la que había antes. Hoy el empresario cuida su cuerpo, la alimentación, hace ejercicio, medita... Yo intento llevar todo esto a la práctica, y de alguna forma, estar en sintonía con la empresa en la que trabajo”, relata desde su amplio y blanco despacho, en el centro de Madrid, que convirtió en su centro de operaciones hace cuatro años y que está diseñado en armonía con la idea y concepto de Sha, entre maderas, plantas y fotografías que, de una u otra forma, evocan a un estilo de vida más saludable. “A pesar de eso, procuro ir todas las semanas a Alicante”, asegura.
Allí, en estos 10 años, se han hospedado ya más de 50.000 personas. El objetivo de la empresa, como cuenta Bataller, es mejorar la calidad de vida del cliente. “En los últimos años hemos aumentado la esperanza de vida, pero no la calidad. Vivimos más, pero peor”. Para ello, analizan a cada paciente, y los profesionales deciden cuáles son los tratamientos que mejor le vienen, tanto aquellos naturales como los que están basados totalmente en la medicina y en la nutrición. “Se trabaja de forma sincronizada”. En Sha son unos firmes convencidos de que ambas modalidades deben combinarse, ya que con el mix se consigue mucho más que si se trabaja de forma aislada.
Consciente de toda la polémica que arrastran algunas de estas pseudociencias, Bataller lo tiene claro: “Uno de los fallos de la medicina natural ha sido no preocuparse, desde un punto de vista científico, de los resultados que podía conseguir. A pesar de esto, para nosotros, la medicina natural y la científica deben ser complementarias. El riesgo es utilizar lo natural como sustitutivo, algo a lo que nos oponemos”.
Con esta filosofía, en Sha atacan múltiples problemáticas. Por ejemplo, la recuperación del sueño, el rejuvenecimiento, los programas antitabaco, actividades para mejorar la actividad cerebral... “Nuestros pacientes deben estar en la clínica un mínimo de siete días para que los programas tengan efecto, por unos 5.000 euros. Todo depende de cómo se valore la salud”.
Tras 10 años de andadura, Bataller sabe bien cómo ha evolucionado el sector. “El wellness está creciendo más que nunca. De hecho, el concepto de spa se ha vulgarizado, y muchos hoteleros lo incluyen para ampliar su oferta, pero lo hacen de forma poco seria. Es un concepto que debería regularse de alguna forma”. En Sha, aseguran, eso no les afecta. “Es difícil que una clínica esté en TripAdvisor, y nosotros lo estamos”, recalca.