Tubacex prevé ingresar en 2018 el 36% del contrato en Irán de 556 millones
El grupo queda pendiente del cobro del resto por la crisis política desatada por Trump La siderúrgica invertirá 25 millones en una nueva fábrica en Estados Unidos
Tubacex calcula que este año ingresará 200 millones por su contrato con Irán, el mayor pedido de su historia y que alcanza un importe total de 556 millones por el suministro de tecnología y de tubos sin soldadura durante los próximos años.
El primer tramo del pago, cuyo plazo concluye en noviembre próximo, supone por tanto casi el 36 % de los ingresos previstos por el proyecto en el país de Oriente Medio. Los otros dos tramos quedan pendientes del conflicto político desatado por Donald Trump, después de que amenazara al Gobierno de Teherán con las "sanciones más fuertes" y con una "presión financiera sin precedentes", por boca del secretario de Estado de Estados Unidos (EE. UU.), Mike Pompeo.
Álvaro Videgain y Jesús Esmorís, presidente y consejero delegado de la siderúrgica vasca, esperarán hasta finales de año para ver cómo evoluciona la situación política y comprobar si Irán puede hacer frente a los otros dos tramos de pago, hasta totalizar los citados 556 millones.
Una situación que se complica por las advertencias de Pompeo, que también ha dicho que "haremos que rindan cuentas aquellos que hagan negocios con Irán". Esmorís ha señalado que la consecución del contrato con Irán fue muy compleja, dificultada además por las propias condiciones del país, con régimen religioso y con dificultades para acceder a financiación tras años de bloqueo internacional por su pasado programa nuclear.
Una vez que estructuró los créditos del proyecto, Tubacex suscribió el contrato en 2017 y en enero pasado comenzó a emitir las primeras facturas. Así que "hemos estado poco tiempo disfrutándolo", ha matizado el consejero delegado del grupo de Laudio/Llodio (Álava).
La situación se puede complicar si EE. UU. toma represalias contra los socios de Irán, aunque Tubacex espera una reacción de la UE en defensa de los intereses comunitarios, puesto que muchas compañías europeas, especialmente de Alemania y Francia, pusieron en marcha negocios en el país de Oriente Medio en cuanto se levantó el embargo.
Además, la corporación alavesa quiere construir una nueva fábrica en EE. UU., donde está instalada desde hace más de tres décadas con un centro en el Estado de Pensilvania. Las nuevas instalaciones supondrán una inversión de 30 millones de dólares, más de 25,4 millones de euros con el actual tipo de cambio. Entrarán en actividad en 2019 y será una fuente de diversificación del grupo, que en EE. UU. ya cuenta con pedidos del sector aeronáutico, entre ellos de ITP, el fabricante vasco de turbinas que está participado al 100 % por Rolls-Royce.
Mientras, la industria del petróleo y del gas sigue siendo su principal cliente, ya que representa el 60 % de los ingresos totales. El crudo ya está cotizando entorno a los 80 dólares, después de tres ejercicios en niveles mínimos. Los pozos de extracción, con la actual tecnología, ya son rentables a partir de una banda entre 60 y 70 dólares, por lo que está previsto una reactivación de las inversiones en este sector, lo que impulsará la demanda de tubos sin soldadura.
Antes de la crisis, y con el oro negro por encima de los 100 dólares por barril, el volumen de facturación de Tubacex cayó de los 750 millones al actual nivel de 500 millones. Videgain y Esmorís no han precisado el impacto de la revalorización del crudo en el balance de Tubacex.
Este miércoles, la junta de accionistas de la siderúrgica ha aprobado la entrada en el consejo de administración de Jorge Sendagorta, presidente de Sener, y de Iván Martén. Salen Gerardo Aróstegui e Ignacio Marco Gardoqui. La junta ratificó como consejeros a Antonio González y a Isabel López Paños, que representa a Aristrain, el principal accionista del fabricante de tubos sin soldadura.