Los españoles acceden menos a banca online que la media de los europeos
La penetración digital y el pago electrónico son más altos en los países nórdicos Moody´s advierte que la regulación de las 'fintech' eleva la competitividad y los costes de las entidades tradicionales
La nueva directiva europea de pagos, la PSD2, que entró en vigor a comienzos de año promete impulsar una revolución en el sector financiero. Entre otras cosas, esta regulación obliga a la banca tradicional a compartir los datos de sus clientes con sus nuevos competidores tecnológicos, las fintech, para potenciar más competencia en el nuevo mercado digital. Pero no todos los países están igual de preparados para afrontar este nuevo escenario.
España, de hecho, se encuentra por debajo de la media europea en el grado de penetración de la banca online, según un informe publicado este martes por la agencia de calificación de riesgos Moody´s.
Apenas el 40% de los españoles opera regularmente mediante servicios de banca digital, según los datos de Eurostat recogidos por la agencia, frente al casi 70% de británicos, más del 60% de franceses o más de la mitad de alemanas. España se sitúa por debajo de la media europea, situada en el 50%, por detrás de países como Malta aunque algo mejor que Italia o Portugal, donde el umbral se sitúa en el 30%.
Moody´s subraya que es en los países nórdicos, como Dinamarca, Países Bajos o Finlandia, “donde una gran mayoría de consumidores se sienten cómodos gestionando sus finanzas online” y donde la banca tradicional ha realizado mayores inversiones para la adaptación al mercado digital en el nuevo entorno comercial que deja la directiva PSD2.
Un nuevo paradigma que, según la agencia de calificación crediticia, arroja mayores costes para la banca tradicional –que es quien debe facilitar las plataformas de acceso a los datos de sus clientes para las fintech- y un incremento de la competencia, por la oportunidad de crecimiento que arroja esta regulación para los nuevos jugadores digitales.
La agencia crediticia considera que la banca tradicional tiene tres formas de afrontar los efectos de la nueva directiva de pagos. Una, ser proveedores del nuevo ecosistema digital, ofreciendo a sus clientes todas las opciones del nuevo mercado, incluyendo servicios de terceros. Una segunda vía es ser proveedores activos, aprovechando la oportunidad de lograr nuevos ingresos gracias a los servicios directos que ofrezcan al público. La última opción es ser proveedores pasivos, cumpliendo con los mínimos requisitos de la PSD2 pero sin aprovechar las oportunidades que conlleva.
La banca en todo caso, tiene hasta septiembre de 2019 para terminar de implementar la nueva directiva de pagos. Además, no en todos los países se está impulsando con igual fuerza el nuevo sector fintech. A modo de ejemplo, Moody´s ilustra que la inversión en firmas financieras tecnológicas en Reino Unido movilizó 1.300 millones de libras en aportaciones de fondos de venture capital en 2017, el 45% del total. El monto supera toda la inversión similar en Alemania, Suiza y España, juntos.
En este marco, la agencia también resalta que los países nórdicos cuentan también con un sector financiero más rentable y capitalizado, lo que les da fortaleza para emprender las inversiones necesarias para asegurarse una posición de fuerza en el nuevo terreno de juego digital.
Por otra parte, es en estos países del norte de Europa donde también se registra un mayor volumen de pagos electrónicos frente al abundante uso del dinero en efectivo que prevalece en otras regiones. En España, los pagos en metálico mueven el equivalente a un 25% del PIB mientras que en Países Bajos no llega al 10%.