Las pymes se llevan al sastre a la oficina
Organizar showrooms en la propia oficina está de moda, con el objetivo de vestir a los empleados
“Facilitar a los trabajadores que utilizan trajes a diario la posibilidad de obtener su vestuario”. Así describe como el principal objetivo de su proyecto, Jonathan Vierne, CEO de Tailor On Road. Esta empresa surgió a raíz de identificar una necesidad y un mercado, hasta el momento, inexistente: el sastre en la oficina. El servicio que ofrece la compañía consiste en ofrecer un experto en moda y sastre que se desplaza a las oficinas de las empresas. Allí se encarga de hacer un showroom con el objetivo de vestir a los empleados de la mejor manera posible, asesorándoles y facilitando un importante ahorro de tiempo.
La imagen en los negocios es fundamental, y por ello, muchas empresas utilizan el traje como la prenda habitual para ir a la oficina y para sus reuniones. Así fue como los creadores de Tailor on Road identificaron el público objetivo de su proyecto.
Analizaron el valor añadido y los beneficios que podrían suponer para los usuarios y le fueron dando forma. Para la empresa que contrata el servicio “supone un beneficio que aporta valor a sus trabajadores ya que les ofrece la posibilidad de no tener que perder su tiempo libre en la labor de comprar su vestuario de oficina”, tal y como subraya Vierne.
Además, esta tendencia es cada vez más personalizada, de manera que los sastres que van a las oficinas se preocupan de realizar un asesoramiento integral y adaptar las prendas a la fisionomía de cada trabajador, para que el traje le quede perfecto. Así, la empresa pretende aunar comodidad y elegancia en el servicio.
El cliente potencial de este tipo de servicios puede ser cualquier pequeña o mediana empresa en la que el traje sea la indumentaria habitual de sus empleados. En el caso de esta compañía, el servicio se ofrece estrictamente en compañías ubicadas en Madrid, pero reconocen que puede funcionar también en otras zonas. De momento, la se encuentran inmersos en la consolidación del servicio en la capital, aunque tienen expectativas de expansión a otros lugares de España, ya que la aceptación de los clientes está siendo muy positiva. El boca a boca ha sido una de las claves, según confiesan los propios creadores de la firma, aunque también han ganado identidad a través de la presencia en eventos, lo que ha aumentado el interés por este servicio, especialmente en los últimos meses.
¿Qué opinan las pymes que usan este servicio?
Pedro Solana, gerente de la Gestoría Mateo asegura que es un servicio “muy cómodo ya que al desplazarse ellos hasta la oficina te ahorras el tiempo personal que invertirías en ir a comprar un traje”. Y destaca como ventajas fundamentales “la comodidad y ahorro de tiempo y por otra la confianza y asesoramiento que ofrecen para elegir la moda que mejor se adapta a cada uno. Y luego que no tiene coste adicional ni hay un compromiso de tener que comprar algo”.
“Precio, ahorro de tiempo, personalización y calidad” son los beneficios que más valora Ángel Sopeña, CEO de Bluecell, otro de los clientes de Tailor on Road. Además, según destaca Sopeña, una vez que la empresa conoce las medidas del empleado es más fácil, además de ser flexibles, asequibles y expertos asesores en moda.
En Gedeth Network también son usuarios habituales de traje en su día a día, y por ello se hicieron clientes. Su socio director Juan Millán destaca por encima de todo la “comodidad, la rapidez y el precio, junto a las pistas y recomendaciones que te dan para vestir bien”.
El servicio de sastres en la oficina no conlleva ningún compromiso. Es decir, que cada empresa solicita las visitas que estima oportunas en función de sus necesidades. No todas las empresas son iguales, ni tienen el mismo número de empleados, por lo que se deben adaptar a cada una para satisfacer las necesidades. Millán afirma utilizar uel servicio una o dos veces al año, pero también destaca la posibilidad de “concertar una visita ver las novedades que hay, ya que además de trajes también ofrecen complementos, y sin tener el compromiso de tener que comprar algo”.
Una fórmula que, en definitiva, supone un ahorro de tiempo para la compañía, además de asegurar una cierta uniformidad, si así lo requiere la actividad de la pyme. Si no es el caso, el servicio se flexibiliza: “intentamos conectar con el cliente a través de la sastrería y el asesoramiento personalizado. Es por ello que, en cada Tailor on Road, intentamos identificar los gustos y necesidades, qué trajes gustan más y cómo podemos mejorar día a día el servicio”, asegura Vierne.