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Trinitario Casanova entra en Operación Chamartín al hacerse con los derechos de los revisionistas

Baraka asegura haber adquirido terrenos por 400 millones

Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, y el empresario Trinitario Casanova, el pasado año.
Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, y el empresario Trinitario Casanova, el pasado año.

El grupo Baraka, del empresario Trinitario Casanova, ha entrado en la operación Chamartín, conocida como Madrid Nuevo Norte con la adquisición de los derechos de reversión a las más de 1.000 familias a las que en su día le fueron expropiados los terrenos, según explicó en un comunicado la empresa, en una información que fue adelantada hoy por El Confidencial.

En un comunicado, Baraka Capital Group ha informado este lunes de que ha llegado a un acuerdo con los reversionistas de los terrenos de Chamartín para comprarles su derecho de reversión para desarrollar 1,2 millones de metros cuadrados. Ese valor de compra llegaría a los 400 millones, según la compañía.

Los expropiados y sus herederos solicitaron ante los tribunales la reversión de los terrenos al haber cambiado el uso que justificó su expropiación: la ampliación de la estación de ferrocarril de Chamartín. En 1993 Renfe adjudicó a un consorcio liderado por Argentaria (posteriormente BBVA) la adjudicación de los terrenos expropiados por el Estado ubicados en el recinto ferroviario para nuevos desarrollos inmobiliarios.

Posteriormente BBVA se hizo con los derechos de los terrenos por 1.200 millones de euros que debe pagar a Adif, a través de la empresa Distrito Castellana Norte (DCN).

Tras décadas de tramitación y modificaciones, el pasado abril se firmó el acuerdo definitivo para el desarrollo de la operación, que prevé la construcción de 10.500 viviendas y una edificabilidad de 2,6 millones de metros cuadrados.

Es previsible que Casanova tenga que hacer frente a una batalla legal para ver cumplido las expectativas de hacerse con esos terrenos, porque los derechos de los revisionistas ya fueron anulados en los tribunales. Fuentes de mercado aseguran que Baraka lo que hace es conseguir un derecho sobre esos terrenos, sin desembolsar todavía el importe total del valor a los revisionistas.

"Con esta operación, que alcanza los cuatrocientos millones de euros, más de mil familias cobrarán por los suelos que les fueron expropiados hace más de dos décadas", según Baraka

Los reversionistas ponen sus esperanzas en lo advertido por la Audiencia Nacional sobre que el derecho de reversión no podía ser solicitado hasta que no hubiese plan urbanístico aprobado. Algo que ocurrirá, después de décadas, previsiblemente este verano. Estos terrenos fueron expropiados para uso ferroviario, por eso los expropietarios creen que si se cambian ese uso podrían volver a recuperar ese suelo.

Sin embargo, la ley cambió en 1999 y solo permite la reversión 10 años hasta después de la expropiación, por lo que las sentencias del Supremo van en contra de los intereses de los revisionistas. Por eso, fuentes del sector avanzan que Casanova tiene escasas probabilidades de tener éxito.

"No es motivo de preocupación para DCN porque es una contingencia del proyecto y no representa riesgo. Se trata de algo ya juzgado y cerrado", señalan desde la empresa DCN.

Casanova fue el empresario que dijo haber adquirido al grupo chino Wanda el Edificio España de Madrid, pero durante meses simplemente mantuvo una opción de compra hasta que encontró otro comprador, el grupo hotelero Riu, al filo del plazo otorgado por la compañía asiática.

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