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La I+D avanza al ritmo de la formación

Las escuelas de negocios incorporan posgrados específicos y asignaturas transversales para impulsar la investigación en las compañías

Trabajador en el centro tecnológico de Repsol I+D en Móstoles (Madrid).
Trabajador en el centro tecnológico de Repsol I+D en Móstoles (Madrid).

Saber mandar no debe ser la única habilidad de un directivo, sino que este también ha de conocer cómo innovar con estrategias, productos y servicios que se adelanten a sus competidores y mejoren el funcionamiento de la empresa. De ello son conscientes cada vez más escuelas de negocios, que están incorporando asignaturas transversales y programas específicos relacionados con la materia.

La estrategia contrasta con la situación de la inversión pública en investigación y desarrollo en nuestro país. Sergio Alonso Gallardo, director de Executive Education de ESIC, advierte que “aunque la empresa privada y la Administración están haciendo grandes esfuerzos, según Eurostat, en los últimos años España no alcanza ni el 2% de inversión en I+D sobre el PIB, cuando la mayoría de países europeos supera ampliamente este porcentaje”.

Una parte importante de la caída sostenida de la inversión pública en ­I+D+i desde 2010 se explica por la decreciente tasa de ejecución del presupuesto dedicado a esta política, de acuerdo con la Fundación Cotec para la Innovación, que señala que en 2017 se volvió a acentuar esta tendencia. “La Administración central solo invirtió el año pasado uno de cada tres euros del presupuesto para I+D+i consignado en los ministerios competentes. De los 4.635 millones de euros, finalmente se invirtieron 1.376, un 29,7%”.

Entre las escuelas de negocios existe la convicción de que una mejor formación en investigación y desarrollo potenciará el presupuesto de las empresas en este ámbito. Para Jonathan Wareham, decano de profesorado e investigación de Esade Business & Law School, “es importante que los directivos entiendan los procesos de I+D como una inversión en el futuro de la compañía”. En esta línea, Esade ha comenzado a enseñar métodos experimentales de diseño con el uso del big data y está fomentando la investigación en las empresas con iniciativas como el MSc in Business Analytics, el programa Challenge-Based Innovation (con la Organización Europea para la Investigación Nuclear) y el Creativity for Business Innovation Challenge, en colaboración con elBulliLab de Ferran Adrià. Además, ha lanzado un nuevo programa ejecutivo para liderar la transformación empresarial que se imparte en Silicon Valley.

Ideas, creatividad…

Antonio Linares, responsable de relaciones institucionales de la Escuela Europea de Negocios, apunta que “desde hace tres años este centro está impartiendo el máster de Innovación Empresarial Aplicada”. Además, “estamos poniendo el acento en temas como estrategia y roadmap, entrepreneurship o laboratorio de ideas”. Por su parte, la Fundación Gadea por la Ciencia y el IESE han inaugurado este año el Programa de Alta Dirección de Instituciones de Investigación, Innovación y Transferencia Tecnológica (PADIIT), “para profesionales que dirigen equipos de investigación, centros de I+D+i y de transferencia tecnológica, laboratorios o empresas con alto contenido científico”, apunta la directora del programa, María José Lasarte.

En la economía del conocimiento la competitividad está basada en ideas, creatividad e innovación, apunta Yancy Vaillant, profesor de estrategia e innovación de Toulouse Business School en Barcelona. Entre 800 y 900 antiguos alumnos de esta escuela (de un total de 35.000) trabajan actualmente en temas relacionados con la I+D. Según Jacques Digout, director de formación de directivos de TBS, “tenemos másteres especializados y desarrollamos las competencias directivas con habilidades en liderazgo, transformación digital, etcétera”.

Jon Altuna, vicerrector de Mondragon Unibertsitatea, explica que este centro dispone de “un grado en Liderazgo Emprendedor e Innovación en el que participan más de 1.000 emprendedores que trabajan en equipo en ocho laboratorios de una red internacional que incluye países como México y China”. Y también cuenta con el Basque Culinary Center, “la primera apuesta por una oferta universitaria para formar a profesionales de la gastronomía”.

Para algunos centros, como EADA, es importante la colaboración entre escuelas de negocios y agencias de desarrollo regional. A juicio de su director académico, Ramón Noguera, “facilita la salida al mercado de ideas científicas y fomenta las competencias entre los participantes en los programas formativos”. EADA colabora desde 2010 con Acció, la agencia para la competitividad de la Generalitat de Cataluña, en “un programa para desarrollar planes de negocio de productos y servicios”.

Contar con profesionales en activo garantiza que la innovación se adapte a la realidad. Ángel Andreu, profesor de EAE, explica que en esta escuela “la docencia mayoritaria es realizada por profesionales y directivos de empresas de éxito en las nuevas economías”. En los últimos años “se han incorporado contenidos como gestión de la globalización, tecnología en las nuevas operaciones, otras fórmulas de comercialización internacional…”. Y es que algunos expertos, como María José Lasarte, están convencidos de que “la formación y el refuerzo de los cuadros directivos profesionales será la mejor fórmula para hacer los cambios necesarios en el sistema español de I+D+i”.

Economía digital

 

La innovación requiere dejar de hacer siempre lo mismo. Pero es imposible acometer algo que no se conoce y esto puede llevar a la parálisis en una empresa, advierte Enrique Benayas, director general del Instituto de la Economía Digital de ESIC. Por eso, “la formación es un factor determinante para innovar”, y, en consecuencia, “ESIC ha incorporado competencias y habilidades de manera transversal en todos los programas y enseña a los directivos cómo entender la economía digital para impulsar la innovación en sus compañías”.

Lo mismo sucede en EUDE, que ha impulsado especialidades como nuevos modelos de negocio, transformación digital, big data, inteligencia artificial, neuromarketing o gestión por competencias, planteando al alumno múltiples retos reales y virtuales. Para su director académico, Álvaro Gutiérrez, un directivo tiene que estar “siempre preparado para innovar o modificar su forma de trabajar, pensar o abordar los problemas”.

 

 

De los 4.600 millones destinados por la Administración central a investigar solo se utilizó el 30%, según la Fundación Cotec

 

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