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Cirsa se guarda el as de una OPV si el capital riesgo puja por lo bajo

Blackstone y Apollo son los fondos de capital riego que siguen en el proceso El mercado apunta a una valoración de hasta 2.000 millones

Cirsa va viento en popa y su presidente, fundador y único accionista –su familia directa controla menos de un 2%–, Manuel Lao Hernández, no tiene prisa por vender. La eventual de desinversión del magnate sigue su curso, pero continúan abiertas todas las posibilidades. Incluso que no ocurra nada a corto plazo y que Manuel Lao retenga toda su participación, según fuentes financieras, que apuntan a una valoración de hasta 2.000 millones, incluidos los 950 millones de deuda neta a cierre de 2017.

La empresa, un gigante del juego a nivel mundial con un beneficio bruto de explotación (ebitda) de 427 millones el año pasado, es uno de esos eternos candidatos para salir Bolsa. También está desde tiempos inmemoriales en la diana de una operación corporativa. Pero desde noviembre del año pasado la posibilidad de que Manuel Lao haga caja, al menos con una parte, se concretó con el fichaje del banco de inversión Lazard.

La opción de la entrada de un fondo de capital riesgo con una participación minoritaria y destino final en la Bolsa se afianzó tras las muestras de interés de los grandes del sector. También se abrió la puerta a que el comprador se hiciera con el control total. Advent se cayó del proceso, pero Blackstone y Apollo se mantienen, según fuentes conocedoras de las negociaciones.

La gran ventaja de Cirsa es que no sufre ningún problema acuciante de negocio. Ni su presidente tiene una necesidad urgente de venta, apuntan las fuentes consultadas. "Todas las opciones continúan abiertas", señala una portavoz del grupo. El as en la manga en caso de que las condiciones o el precio no satisfagan a Manuel Lao están en una salida a Bolsa, una posibilidad que casi siempre está sobre el tapete en una desinversión de un tamaño respetable. Son las denominadas operaciones con dual track, en las que se sondea la posibilidad de un comprador directo y, al mismo tiempo, la salida a Bolsa. No sería una Oferta Pública de Venta (OPV) en puridad, pues carecería de tramo minorista.

En Parques Reunidos, el proceso de venta a otro fondo de capital riesgo se descartó y se optó por salir a cotizar. Es cierto que el sector del juego tiene difícil venta a grandes fondos de inversión, debido al componente reputacional negativo que implican. Esto dificulta su estreno en Bolsa.

Una de las empresas cotizadas del sector del juego con la que los analistas comparan a Cirsa es la británica William Hill, que vale 2.839 millones de libras (unos 3.300 millones de euros), con un ebitda el año pasado de 436 millones de euros. Su ratio de deuda neta frente al ebitda a cierre del pasado ejercicio fue de 1,4 veces. Su facturación creció además un 7%, hasta los 1.700 millones de libras (unos 2.000 millones de euros).

La también británica 888 vale 976 millones de libras (unos 1.100 millones de euros), ingresó 542 millones de dólares (unos 440 millones de euros) y cuenta con la ventaja de no tener absolutamente ni un euro (ni libra ni dólar) de deuda, según explica la compañía. Las ventas de Cirsa sumaron 1.871 millones de euros el año pasado, con una ratio de endeudamiento entre ebitda de 2,4 veces. La empresa española ganó 14,7 millones de euros, frente a los algo menos de tres millones de 2016, según Bloomberg. En 2015 perdió 15,7 millones por unos resultados financieros negativos de 106 millones.

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